Los viajes africanos de los últimos papas

¿Cómo fueron y qué supusieron para el continente las visitas de Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI?

portada Pliego Viajes de papas a África 2964 noviembre 2015

JOSÉ CARLOS RODRÍGUEZ SOTO, periodista especializado en temas africanos | El pasado 22 de octubre, el prestigioso Instituto de Estudios para la Seguridad (ISS, por sus siglas en inglés) analizaba el alcance de la próxima visita de Francisco a África (25-30 de noviembre) con esta pregunta: ¿podrá el “Papa político”, como muchos le llaman, traer a África la paz y la reconciliación, algo que otros no han sido capaces de hacer? Conociendo a Francisco, extraña poco que su primer viaje africano esté marcado por el signo de la reconciliación en un África lacerada por los conflictos. Han pasado 46 años desde que un papa pisara por primera vez tierra africana, en 1969.

Pablo VI solo lo hizo una vez, pero su visita a Uganda tuvo un amplio eco en todo el continente. Después llegó el “huracán Wojtyla”, quien de 1980 a 2000 voló catorce veces a África, pasando por 43 de sus países, algunos de ellos en dos o incluso tres ocasiones. El frágil pero lúcido Benedicto XVI hizo lo que pudo, con dos viajes en los que se desplazó a Camerún, Angola y Benín.

La influencia de los pontífices modernos en la Iglesia africana va más allá de sus viajes. Los dos sínodos africanos (en 1994 y en 2009) han marcado la hoja de ruta del que es el continente donde los católicos crecen con más rapidez y donde los seminarios y casas religiosas de formación suelen estar llenos a rebosar.

Pablo VI en Uganda

Que un papa visite varios países africanos puede parecernos hoy la cosa más normal del mundo. Pero cuando Pablo VI realizó, en 1969, el que fue el único viaje africano de sus 15 años de pontificado, a Uganda, las cosas pintaban de otra manera. “Es más fácil organizar un viaje a la Luna que un viaje del Papa a África”, dijo el arzobispo Paul Marzinkus, organizador de aquel acontecimiento, a la agencia Reuters un mes antes de que Pablo VI pusiera el pie en el aeropuerto de Entebbe el 31 de agosto de aquel año.

El Vaticano no tenía aún la experiencia que tiene hoy, y eran grandes las preocupaciones de seguridad, salud y logística. Hacía solo siete años que Uganda había accedido a su independencia, y –aunque los comienzos de la Iglesia católica en el país datan de 1879 y se habían realizado grandes esfuerzos en la formación de un clero local– basta ver fotografías de aquel evento para darse cuenta de que la mayor parte de los obispos eran aún misioneros europeos.

Juan Pablo II: 14 viajes maratonianos

Juan Pablo II, el “atleta de Dios” que se sentía a gusto con las grandes multitudes, hizo de los viajes apostólicos una de las claves de su pontificado, como dan fe sus 104 visitas fuera de Italia. Catorce de ellas (entre 1980 y 2000) tuvieron como destino países africanos.

Sus viajes africanos fueron siempre cuidadosamente preparados por el hoy director de Radio Vaticano, el jesuita padre Federico Lombardi, y en ellos le acompañó siempre el entonces presidente de Propaganda Fide, el cardenal eslovaco Jozef Tomko, cuyo dicasterio de los países de misión se ocupaba de los territorios africanos.

Algunos de los temas recurrentes durante los viajes de Juan Pablo II a África fueron: la inculturación, es decir, la encarnación del mensaje evangélico en las culturas locales; la defensa de la dignidad de la persona humana (aunque sus críticas de situaciones de injusticias fueron siempre muy templadas, excepto por sus críticas al marxismo); y la invitación a los fieles cristianos a dar testimonio de su fe en la esfera pública y a alejarse de prácticas religiosas “no conformes” con el cristianismo, particularmente el animismo.

El discreto paso de Benedicto XVI

El viaje a Camerún y Angola (17-23 de marzo de 2009) fue la primera vez que el papa Ratzinger pisaba suelo africano desde que inició su pontificado en 2005. Su primera etapa le llevó a Yaundé, capital de Camerún, donde fue recibido por el presidente Paul Biya. Durante los tres días que duró su estancia en el país, se reunió con los representantes de la comunidad musulmana –a los que felicitó por la buena convivencia entre cristianos y musulmanes– y de otras confesiones cristianas, y con los obispos de la Conferencia Episcopal. Tras la misa multitudinaria celebrada en el estadio Amadou Ahidjo, el Papa hizo entrega del documento preparatorio para la II Asamblea Especial del Sínodo para África, el Instrumentum laboris.

El viaje estuvo marcado por la polémica desatada tras sus declaraciones a los periodistas en el viaje de ida desde Roma en respuesta a una pregunta sobre el sida, al contestar que esta enfermedad “no se superará con la distribución de preservativos” y que estos no hacen sino “aumentar los problemas”. Añadió que “el único camino eficaz que podría conducir a una solución del problema sería la renovación espiritual y humana del sentido de la sexualidad humana”.

Fue una pena, porque la prensa internacional apenas destacó el contenido de los discursos del Papa, que expresaron certeros juicios sobre los grandes problemas de África.

Pliego completo publicado en el nº 2.964 de Vida Nueva. Del 14 al 20 de noviembre de 2015

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