El quinto centenario de santa Teresa de Jesús, nacida el 28 de marzo de 1515 y cuya fiesta se celebra cada año el 15 de octubre, debería señalar un renacimiento de la mística. La santa española, doctora de la Iglesia y autora de El camino de perfección y de otras importantes obras, es una de las más altas cumbres del cristianismo y, a la vuelta de cinco siglos, muestra vigencia indiscutible.
Sobran razones para propugnar la actualidad y la fundadora del Carmelo. Su figura, atractiva y recia, se mantiene viva como santa, como mística, como orante, como escritora, como maestra espiritual. Un reto de vivencia espiritual para el mundo de hoy, tan dado al olvido de Dios.
A propósito de la mística teresiana, es curioso que una de las novedades de la reciente Fiesta del Libro de Medellín fue una de las obras menores de santa Teresa de Ávila, conocida como Relaciones y cuentas de conciencia, que publicó la Universidad Eafit.
Es un clásico texto teresiano en el que la santa comunica, “relata”, “da cuenta” a sus confesores de las intimidades de su vivencia interior. Un antojo para volver a la mística como encuentro personal, amoroso, íntimo y silencioso con Dios.
Lo dijo el escritor André Marlaux (1901-1976): “El siglo XXI será místico o no será”. Y dijo también el teólogo jesuita Karl Rahner (1904-1984): “El cristiano del siglo XXI será místico, o no será”.
Ernesto Ochoa Moreno
