Cuarto Congreso de Teología Mariana

“Hemos querido dedicar nuestro congreso y ofrecer una contribución a la reflexión sobre el compromiso nuestro de la búsqueda de la justicia y la paz a la luz de los desarrollos mariológicos actuales”.

Los dominicos de Colombia acabamos de realizar el Cuarto Congreso de Teología Mariana con el apoyo de nuestra Universidad Santo Tomás de Aquino.

Ya hemos realizado 3 congresos anteriores con una periodicidad bienal.

Desde 1636, los dominicos somos los guardianes del Santuario Nacional de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Aquí acogemos con cariño a los miles de peregrinos que llegan no solo de Colombia sino también de países vecinos, a renovarse espiritualmente por medio del sacramento de la confesión y de la Sagrada Eucaristía.

El Santo Rosario meditado con María ha sido un instrumento eficaz de evangelización para nuestro pueblo, que nos ha permitido adentrarnos en los misterios de Cristo de la mano de María para hacerlos vida en nosotros y proyectarlos a los demás.

Los cuatro congresos de Teología Mariana celebrados nos han permitido un posicionamiento en cuanto al pensamiento mariano y nos han motivado a seguir profundizando y conociendo mejor a la Virgen María como mujer de nuestra raza y a la vez como Madre de Jesucristo y Madre tierna y misericordiosa de todos nosotros.

En este año 2015, en el que celebramos los 50 años del decreto sobre la renovación de la Vida Consagrada del Concilio Vaticano II, hemos querido dedicar nuestro congreso a María como modelo de la Vida Consagrada y ofrecer una contribución a la reflexión sobre nuestro compromiso en la búsqueda de la justicia y la paz, a la luz de los desarrollos mariológicos actuales. Ha sido un rico y maravilloso compartir entre los participantes, sobre la relación de María con la justicia y la paz y un proponer una mística mariana que aporte a los retos actuales que enfrenta Colombia en torno a la paz. Menciono simplemente los temas de las ponencias centrales, que estaremos publicando próximamente: María, alumna de la paz; María, lugar de diálogo entre los que creen y no creen; Dios ha visitado a su pueblo en María; María y la Vida Consagrada; María, maestra de la Vida Consagrada; La devoción Mariana en la Orden de Predicadores.

Fortalecimos nuestro conocimiento y amor al Santo Rosario, volviendo a las fuentes del mismo, a santo Domingo de Guzmán, fundador de los dominicos, quien recibió de María el Rosario: “ve y predica mi Rosario”, y nos lo transmitió dejándolo como nuestra gran herencia.

Recordemos que el Santo Rosario ha sido y sigue siendo, con María, fuente de contemplación del Misterio de Cristo e instrumento de evangelización.

El papa san Juan Pablo II nos pide que recuperemos el tesoro del Santo Rosario, que “en su sencillez y profundidad sigue siendo una oración de gran significado, destinado a producir frutos de santidad”. También nos insiste en el rezo del Rosario por la paz; promover el Rosario significa sumirse en la contemplación del Misterio de Aquel que es nuestra paz: “el que de los dos pueblos hizo uno, derribando el muro que los separaba, la enemistad” (Ef. 2, 14); no se puede recitar el Rosario sin sentirse implicados en un compromiso concreto de servir a la paz.

En síntesis, podemos afirmar que estos congresos marianos son una ocasión maravillosa para conocer nuevos aspectos de la mariología, pero sobre todo, nuevas oportunidades para los participantes de ahondar en su amor a la Santísima Virgen María y buscar fortalecer la evangelización en compañía de María.

Con base en los diálogos sostenidos en el congreso y en la evaluación final hemos constatado una magnífica impresión del mismo. Damos gracias a Jesucristo y a su santísima madre por el éxito de este congreso y, a la vez, a quienes hicieron posible su realización.

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