Asambleístas poblaron Bahía Blanca para participar de la
28º Asamblea Federal de la ACA.
“¡Armamos un gran lío en Bahía Blanca! (…) Caminamos sus calles, nos abrazamos con hermanos que no conocíamos, superando dos grandes fantasmas: el temor y la indiferencia. Nos encontramos como gesto de amistad social con instituciones y organizaciones de la sociedad civil, gubernamentales y no gubernamentales, amigos de otros credos, mujeres y hombres de buena voluntad… Coincidimos en la misión consagrados, presbíteros, diáconos, obispos y laicos, y juntos experimentamos el amor de Dios que nos llama a cada uno por nuestro nombre! Hermanos que esta experiencia de comunión se repita ahora en cada iglesia local y doméstica”, afirmaba conmovido Rafael Corso, el nuevo presidente de la Acción Católica Argentina (ACA), en el acto de clausura de su 28º Asamblea Federal. Siete mil miembros, pertenecientes a 50 diócesis, protagonizaron del 10 al 12 de octubre tres jornadas de fervor por esta actividad que se realiza cada tres años, respondiendo al lema que los convocó: ¡Vayan! Acción Católica: Pasión por Jesús, pasión por nuestro pueblo.
Los participantes misionaron en casi 100 puntos de la ciudad, realizando variadas tareas, desde pintar paredes hasta entregar semillas en la zona rural u ofrecer talleres sobre violencia familiar o consumo de drogas. Hubo además momentos de oración y adoración al Santísimo. Los niños, paralelamente, también vivieron su asamblea acorde a su edad.
Se realizaron también encuentros ecuménicos, como la bendición de muestras sociales y de arte o las visitas a diferentes hogares cristianos. En el Desayuno del Encuentro, la Paz y el Bien común, con la participación de dirigentes de distintos sectores, se pudieron apreciarlas realizaciones en el campo social de los grupos de ACA y de otras organizaciones.
¡Esto recién empieza!
“La pasión por Cristo nos debe llevar a las pasión por su pueblo”, “a la defensa de los más desvalidos y humillados, siendo solidarios con los excluidos” enfatizó Eduardo García, obispo de San Justo y reelecto asesor general de la ACA, en la homilía al cierre de la Asamblea. En otro pasaje añadió: “Igual que el maestro, la Acción Católica debe ser el espacio de contención, de crecimiento y de experiencia cristiana para todos aquellos que se sienten por motivos personales con un vida de segunda”. Y continuó: “es un desafío a la maternidad eclesial de la Acción Católicas recibir a todos y acompañarlos en el camino de la vida con las cruces que tengan a cuestas. Todos pueden formar parte desde lo que tienen con lo que pueden”.
Finalmente, García preguntó a los asambleístas, a modo de compromiso, si se animaban como ACA a asumir el proyecto evangelizador de la Iglesia “primereando, involucrándose, acompañando, fructificando y festejando”, contagiando la alegría de la fe, evitando la tentación del estructuralismo, y entregándose al desafío de ser audaces y creativos, “escuela de santidad, descubriendo la propia vocación, que no es ser un dirigente o capillero diplomado sino, por todas las cosas: un evangelizador”.
Un conmovedor “si” respondió al planteo del prelado asesor. Una expresión más de gozo y alegría en el escenario multicolor de las identificaciones de las delegaciones y de los cánticos.
Luego de la asamblea, las nuevas autoridades recién asumidas para el próximo trienio coincidieron: “¡la Asamblea concluyó pero esto recién empieza!”.
MARTA NOCE. BUENOS AIRES