Los gitanos, entusiasmados tras su encuentro con Francisco

“Estar aquí todos juntos ha estado guay”, narran a ‘Vida Nueva’ los participantes españoles

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La cantaora flamenca María José Santiago, junto al papa Francisco

ÁLVARO DE JUANA (ROMA) | Quizás algunos nunca lleguen a comprender completamente el acontecimiento del que han sido testigos este lunes 26 en el Vaticano, pero seguro que ahora sí son más conscientes de que están “en el centro y el corazón de la Iglesia”, como les dijo el papa Francisco. Y es que más de 6.000 gitanos de todo el mundo llegaron hasta Roma para participar en una peregrinación de cuatro días con motivo del 50º aniversario de la visita del beato Pablo VI a un campamento gitano de la periferia de Roma, en Pomezia. El culmen fue una audiencia con Bergoglio en el Vaticano en la que no faltó el arte y el espectáculo gitano.

Desde Irlanda, Inglaterra, Portugal, Francia, Brasil, Estados Unidos o Canadá acudieron muchos de ellos. Pero sin duda, los españoles fueron de los más numerosos. Más de 400 de diferentes ciudades no quisieron dejar pasar la ocasión y llegaron hasta Roma. De Navarra ha venido un grupo de 31, capitaneados por su arzobispo, Francisco Pérez González, y por el delegado de Pastoral Gitana de Pamplona, Javier Ardilla, quien manifiesta su entusiasmo a Vida Nueva minutos después de concluir la audiencia con el Papa: “Ha sido una experiencia muy positiva, el Papa ha sido muy sensible sobre las situaciones que viven los gitanos de discriminación, de estigmatización, de prejuicios, y también sobre los retos que tienen, en la vida social y política, en la familia, como la necesidad de estar escolarizados…”.

Hablan los jóvenes

Entre los gitanos llegados hasta el Aula Pablo VI hay muchos jóvenes. Algunos de ellos son españoles. Poco antes de subir al autobús que les llevará al aeropuerto para regresar a España, un grupo nos cuenta sus impresiones. Abel, Eduardo y Pepe son veinteañeros y explican que “hemos venido 23 de Alicante, con la diócesis”. “Al Papa, cuando habla español, se le entiende bien”, dice uno de ellos riéndose. “La verdad es que ha estado muy bien, ver aquí a toda la gente junta ha estado guay, es bonito”, dice otro.

¿A quién rezáis para pedir ayuda y encontrar trabajo?, les preguntamos. “Bueno, ahora estamos en el culto gitano”. ¿Eso qué es?, continuamos. “La Iglesia Evangélica”. Así, aun siendo fieles de otra confesión cristiana, dicen que “aquí hemos estado bien, porque da gusto saber que hay gitanos en todos los lados”.

“La Iglesia nos ayuda”

“Ha sido precioso”, recalca por otro lado Luca, un joven romano que ha acudido junto a varios familiares y amigos que viven precisamente en el mismo poblado que vistió Pablo VI hace cincuenta años. “Yo soy católico y en misa rezo al Padre Pío, porque creo en él”, añade su amigo Marco. “La Iglesia nos ayuda, pero la sociedad en Italia no es así. Cuando nos ven, dicen: ‘¡Ahí está el gitano, ahí está el gitano!’”, reconoce el primero de ellos.

La nota artística la pusieron la cantaora flamenca María José Santiago y el guitarrista Francisco López Cepero, quienes interpretaron una canción que hablaba de Juan Pablo II y el primer beato gitano, Ceferino Namuncurá. Después, la artista pidió a Francisco permiso para cantar otro tema que no estaba previsto: el villancico típico de Andalucía Carita divina. Por supuesto, Bergoglio accedió encantado.

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En el nº 2.962 de Vida Nueva

 

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