Paraguay – Se intensifica conflicto por la calidad de la educación

Las medidas tomadas ante los reclamos realizados no conforman al estudiantado

Como informó Vida Nueva en su edición anterior (Nº 66, pág. 17), los estudiantes de instituciones públicas y privadas paraguayas se movilizaron juntos por la calidad de la educación de su país, realizando una acción que fue catalogada por muchos como “histórica”. Además de los reclamos sobre la educación primaria y secundaria, había una fuerte protesta contra la Universidad Nacional de Asunción (UNA), denunciando casos de corrupción y nepostismo.

Sumado al apoyo que en su momento brindó la Conferencia Episcopal Paraguaya también se agregó el de la Asociación de Comunicadores Católicos del Paraguay, también interpretando estas acciones como una respuesta al llamado del papa Francisco en su visita de hacer “lío organizado”.

Ante estas movilizaciones, el Consejo Nacional de Educación Superior (Cones), resolvió intervenir la UNA, pero esta medida fue rechazada tanto por los estudiantes movilizados como por las autoridades universitarias. La organización UNA no te Calles –que popularizó el hashtag #UNAnotecalles en las redes sociales– manifestó su desconfianza ante el planteo de una intervención, porque perjudicaría el “proceso de saneamiento” iniciado y dejaría a los estudiantes por fuera de la toma de decisiones. En un principio, la intervención se iba a hacer efectiva a partir del 1 de octubre y sería por un plazo de seis meses, con posibilidad de extenderlo tres meses más.

Por su parte, el rector de la UNA, Froilán Peralta, renunció a su cargo ante la exigencia de los estudiantes que lo denunciaban por corrupción. “Pruebas en contra del señor existen y también de la estructura que lo estaba sosteniendo. Ahora mismo el reclamo de los estudiantes es la renuncia del vicerrector –y rector en ejercicio– Andrés Amarilla”, explicó a en ese momento a Radio Sur la estudiante de Trabajo Social Kathia Fernández. Poco después, Amarilla también renunció.

 

Seguidilla de renuncias

Ante estos acontecimientos, el Consejo Superior de la UNA resolvió rechazar la intervención del Cones y nombrar al entonces decano de la Facultad de Arquitectura, Ricardo Meyer, como rector interino por 45 días, quien a su vez llamó a los estudiantes a levantar la ocupación y dijo que se comprometía a trabajar por convocar una pronta asamblea universitaria para normalizar la situación. También realizó un llamado para la elección de nuevos rector y vicerector.

Este nombramiento provocó aún más indignación por parte de los estudiantes y la ciudadanía, ya que Meyer se encuentra en campaña política para el cargo de intendente municipal por el Frente Guasú, liderado por el expresidente Fernando Lugo. Además, su gestión en Arquitectura carga con acusaciones de nepostismo.

Finalmente, el Cones decidió aplazar diez días la intervención planeada. También exigió al Consejo Superior Universitario que presente un plan de acciones y medidas para los próximos seis meses. Si el proyecto es evaluado como sustentable y factible, la intervención podría levantarse. Por su parte, los estudiantes también trabajan en la elaboración de sus propias propuestas y ya cuentan con un proyecto de reforma del estatuto universitario.

Esa misma noche, Aníbal Filártiga, el interventor designado por el Cones, decidió renunciar, por considerar el plazo de diez días insuficiente y “mezquino”.

Al cierre de esta edición, los estudiantes estaban convocando a un paro con movilización frente al edificio del rectorado de la UNA, en rechazo de que se eligieran nuevas autoridades sin su participación.

“Hace una semana nadie se hubiera imaginado todo lo que ocurrió. Todo estaba tranquilo”, reflexionó la estudiante Fernández, y añadió que “si bien siempre hubo hechos de corrupción, estaban apañados”.“Hemos tenido apoyo de la ciudadanía y otras universidades públicas privadas también. Porque esta es una lucha histórica”, subrayó.

FERNANDO COSTA. ASUNCIÓN

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