Chile – Fuerte reprimenda del Papa

En medio de interrogatorios judiciales, se difunde video con fuerte defensa de Francisco al obispo de Osorno.

Plaza San Pedro. Miércoles de mayo, mañana cálida en Roma. El papa Francisco avanza en medio de la multitud. Se detiene ante un grupo y saluda uno a uno a quienes están en la primera fila. Entre ellos, Jaime Coiro, su esposa y sus dos hijos, felices de tener esa oportunidad de ver al Papa. Es el vocero de la Conferencia Episcopal de Chile y así se presenta. Francisco calla, lo mira con rostro adusto y le habla durante más de un minuto. Una persona cercana registra todo con dispositivo móvil.

El viernes 2 de septiembre el noticiero central de un canal de televisión santiaguino difundió dicho video generando variadas reacciones.

El Papa se refiere a Osorno diciendo que es “una iglesia que perdió la libertad dejándose llenar la cabeza por políticos, juzgando a un obispo sin ninguna prueba después de 20 años de ser obispo”. Y continúa recomendando que “piensen con la cabeza y no se dejen llevar de las narices por todos los zurdos que son los que armaron la cosa. Además la única acusación que hubo contra ese obispo fue de-sa-cre-di-ta-da por la Corte Judicial. Así que, por favor, no pierdan la serenidad. Osorno sufre, sí, por tonta, porque no abre su corazón a lo que Dios dice y se deja llevar por las macanas que dice toda esa gente. Yo soy el primero en juzgar y castigar a alguien que tiene acusaciones de ese tipo. Pero en este caso: ni una prueba, al contrario. De corazón se los digo”.

En la mañana siguiente a la emisión del video, unas treinta personas se manifestaron en el atrio de la Catedral de Osorno. Mario Vargas, dirigente del movimiento que pide la renuncia del Obispo expresó: “Lamentamos las palabras de nuestro pastor, al cual queremos y respetamos, pero no aceptamos que nos haya tratado de tontos y de zurdos. Acá hay una Iglesia viva, hay un laicado vivo que se manifiesta porque él mismo quiere que hagamos lío y quiere que transparentemos una Iglesia donde los abusadores sexuales no tienen cabida”.

Juan Carlos Cruz, uno de los denunciantes de Fernando Karadima, dijo desde Filadelfia, donde reside, que se mostró afectado por los duros juicios del pontífice: “me da una tristeza grande, no tanto por cómo se refiere a víctimas que están denunciando a un hombre que ha encubierto, facilitado y presenciado abusos. Me duele cómo se refiere a la gente de Osorno a la que conozco. Es muy brutal viniendo de un Papa”. Sobre el obispo Juan Barros Madrid, Cruz afirmó:“él veía cuando nos abusaba, ha mentido y ha encubierto. Pero Barros ve esto de forma muy distinta, lo siente como su martirio y su camino a la cruz. Es muy difícil dialogar con alguien que no ve la realidad como la ve cualquier ser humano”.

Por su parte, el obispo Barros emitió una breve declaración: “Tengo mucha gratitud por el apoyo del Papa y rezo para que todos colaboremos en paz por el bien de Osorno”.

 

La Iglesia expuesta

Una fuerte exposición en los medios de comunicación ha vivido la iglesia de Santiago en estos días. Tres denunciantes de Fernando Karadima presentaron una acusación judicial de encubrimiento contra el arzobispado. En estos días están declarando varios testigos, entre ellos el cardenal Francisco Javier Errázuriz, quien lo hizo por casi cinco horas. Reconoció que, en su época de arzobispo de Santiago, conoció las denuncias por abusos contra el ex párroco de la iglesia de El Bosque, pero que les restó credibilidad debido al prestigio que en ese entonces tenía el cura: “a esa época la fama del padre Karadima era extraordinaria, tenía hasta fama de santo, con tal fama lo que era cierto, es decir, la denuncia, en esa época no la creí”, manifestó.

“No existe en mi conciencia, memoria de haber encubierto abusos sicológicos sexuales ni ministeriales, ni tampoco existió intento de silenciar o acallar las denuncias”, dijo el cardenal.

El mismo día que se difundió el video con las palabras de Francisco, la revista Qué Pasa incluía una larga entrevista al vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Chile, obispo de Rancagua, Alejandro Goic. Refiriéndose a la situación en Osorno dijo: “Yo he escuchado con mucha preocupación el testimonio de diversos miembros de la Iglesia de Osorno, incluido el obispo y también los dirigentes de laicos y laicas que se oponen al nombramiento. Antes y después del nombramiento hice presente, a título personal y también junto a otros hermanos obispos, mi preocupación por el impacto de esta situación. Me duele en el alma lo que ocurre. Me duele por los agentes pastorales, por las familias, por Juan, mi hermano obispo, también por los clérigos a quienes bien conozco porque fui obispo de Osorno diez años. Me duelen las lecturas sesgadas que a veces se hacen. Pero sobre todo me duele la indolencia, esa tentación de acostumbrarse a una tensión y división que a nadie le hace bien”.

Ante la pregunta de si considera que estas situaciones han generado una crisis en la Iglesia, respondió: “Nos ha costado, sin duda alguna. No ha sido fácil. Para mí, esta ha sido la mayor cruz que me ha tocado enfrentar en mi servicio pastoral. Lo digo por el inmenso dolor que me causa la realidad del abuso hacia personas vulnerables, cometido por hermanos míos en quienes las familias depositaron toda su confianza. Estamos hablando de situaciones aberrantes que no supimos ponderar, detectar, enfrentar. Y cuyas consecuencias nos siguen causando hoy sinsabores, descrédito, desconfianza”.

ROBERTO URBINA AVENDAÑO. SANTIAGO

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