“Tenemos la oportunidad de no convertir Religión en una ‘maría’ en Bachillerato”

Se disparan las matrículas en la asignatura un 150% en comunidades como Madrid

asignatura-religion-1-G José María Martínez, durante una de las sesiones

José María Martínez, durante una de las sesiones

“Tenemos la oportunidad de no convertir Religión en una ‘maría’ en Bachillerato” [extracto]

RUBÉN CRUZ. Fotos: SERGIO CUESTA | Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio. Así lo dijo Einstein. Y esto mismo ocurre con la asignatura de Religión. La Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) entró en vigor este curso académico en primero de Bachillerato. Una de las novedades que trae consigo es que equipara la materia de Religión con las otras optativas y computa para la nota media de cara a la Selectividad.

La Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras (CCOO) sostiene que la matriculación en la asignatura ha aumentado un 150% en comunidades autónomas como Madrid a consecuencia de la implantación de la nueva legislación. “El nivel de exigencia en las otras asignaturas está reconocido, en el caso de Religión no lo sabemos”, explica a Vida Nueva Francisco García, secretario general de la federación sindical. Además, añade: “En los últimos años se estaba produciendo una caída sistemática del 1% en la matriculación en Religión cada curso. Sin embargo, ahora que la materia tiene peso en el currículo,hay un repunte considerable”.

Mientras la tesis de CCOO apunta a que los alumnos han escogido la asignatura para trabajar poco y sacar buena nota, los profesores de Religión evidencian una realidad diferente: “Es lógico que aumente la matriculación en una asignatura donde el curso pasado, quien no la cursaba, se iba una hora antes a casa. Según la legislación de la Comunidad de Madrid, los alumnos que no asistían a clase de Religión debían estar en la biblioteca estudiando, pero ninguno se quedaba. Asistir a esta asignatura solo servía para dar dos horas más semanales de clase por amor al arte”, sostiene José María Martínez, profesor del IES San Fernando de Colmenar Viejo.

Martínez tiene este año más alumnos de lo normal en primero de Bachillerato. En concreto, 17. “Explicar las motivaciones es hacer conjeturas. Obviamente, nunca les pregunto sus motivaciones para elegirla, pero sí sé que hay alumnos que no están bautizados. Algo que no es relevante, porque en la clase no se evalúa la fe de nadie”, indica. Algunos de los alumnos sí es verdad que se están preparando para la confirmación, pero “le sorprendería a la gente cuál es el motivo principal por el que eligen la asignatura: a esas edades se valora mucho a los amigos. Si uno decide ir a Religión, el amigo también va”, comentó.

Por otro lado, Luis Gutiérrez, del IES Gerardo Diego de Pozuelo de Alarcón, apuesta por hacer un análisis correcto de los datos. “En los últimos años la asignatura en bachillerato se quedaba casi sin matrícula por el acoso que sufría la materia y por el incumplimiento de las normas que permitía a los alumnos que no escogían Religión salir dos días en semana una hora antes. El alumnado cayó a cero en muchos institutos y la nueva legislación ha permitido recuperar alumnos. La realidad es que de la misma manera que cayeron las matriculaciones en su momento, ahora repuntan”, subraya. Este curso cuenta con dos grupos tras muchos años solo con uno. En uno de ellos cuenta con 30 alumnos y en el otro con 20. “Alrededor de un 25% de los alumnos de primero de Bachillerato escoge Religión en nuestro instituto”, mantiene.

Gutiérrez considera que sería “competencia desleal” con el resto de optativas de libre elección si decidiese poner un 10 a todos los alumnos para ayudarles de cara a la Prueba de Acceso a la Universidad. De hecho, “animo a quien quiera a denunciar si algún profesor hace esto”, dice el docente, que ve una obviedad el hecho de que los menores saquen una buena calificación en Religión, pues “si la eligen es porque les interesa y ponen empeño”.

Además, este instituto cuenta con un aula de excelencia y “muchos alumnos han escogido Religión. Sinceramente, no creo que estos chavales, que son brillantes, lo hagan para trabajar menos”, añade. Este año, atendiendo a la nueva legislación, ha decidido utilizar libro de texto y establecer unos criterios de evaluación: un 25% de la nota corresponde al seguimiento del cuaderno, otro 25% al interés mostrado en clase, otro 25% a la participación activa y el 25% restante a un examen. Ahora pueden sacar nota o suspender. Y es que Gutiérrez considera la Lomce “una oportunidad para no hacer de la asignatura una ‘maría’ en Bachillerato”.

Los sobresalientes “se ganan”

En el mismo sentido, Martínez tiene claro que los 10 tienen que ganárselos los alumnos. “Exijo siempre un trabajo, pueden ser ateos y sacar un 10 o tener mucha fe y suspender. Ahora habrá examen en septiembre para los que suspenden, aunque admito que es difícil no superar la asignatura porque planteo una clase en la que es difícil no integrarse”, explica Martínez.

Por su parte, Tomás Ramírez, profesor del IES Don Pelayo de Villalbilla, cuenta con dos grupos de primer curso de Bachillerato: uno de 34 alumnos y otro de 30. Ramírez vive con enfado las declaraciones del máximo responsable de la federación de CCOO, porque “presupone que Religión es una asignatura inferior que cualquier otra optativa, que es más fácil y por eso los alumnos la eligen. Creo que ambas razones ignoran el fondo de la cuestión. La asignatura se asemeja a las demás materias, en tanto en cuanto tiene un currículum que a propuesta de la Conferencia Episcopal Española tiene que aprobar el Ministerio de Educación. Por tanto, se parte de un currículum que tiene unos objetivos, unos criterios de evaluación y unos estándares de aprendizaje, como cualquier otra asignatura”, indica.

El profesor del instituto de Villalbilla también señala que la razón de la disminución de años anteriores se debe a que los alumnos que elegían Religión tenían 32 horas lectivas y los que no 30. “¿Dónde estaba este sindicato para denunciar la situación de que unos alumnos tuviesen más horas lectivas que otros?”, se pregunta Ramírez. Por esta razón “injusta”, muchos alumnos que habían elegido Religión hasta 4º de la ESO no la elegían en 1º de Bachillerato.

Con la Lomce, la asignatura en Bachillerato forma parte de un número de materias –entre seis y ocho– que el centro oferta y que el alumno libremente elige, en función de sus intereses personales. Religión “compite” desde el presente curso académico con Segunda Lengua Extranjera, Tecnología Industrial, Tecnologías de la Información y la Comunicación, Análisis Musical, AnatomíaAplicada, Cultura Científica, Dibujo Artístico, Dibujo Técnico I o Práctica Musical y Volumen.

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Ana Alba Mora

“Elijo la asignatura por cultura”

Ana Alba Mora tiene 16 años y cursa primero de Bachillerato en el IES San Fernando de Colmenar Viejo. Este es su primer año en Religión, ya que no la escogía en la ESO, porque “había otras optativas que me llamaban más la atención y mis padres nunca me han obligado a escoger nada que no quiera, me dan libertad para que elija lo que crea que más me conviene”, dice Ana Alba. Tampoco sus padres muestran recelo a que elija esta materia pese a que la joven ni está bautizada ni ha hecho la primera comunión. La razón que da la menor para explicar por qué escogió la asignatura este curso llama la atención viniendo de una adolescente: “Me he decidido por Religión porque, por cultura, tienes que saber sobre ello”. Mientras, en su instituto, sus compañeros que no eligen esta materia se dividen entre Francés y Anatomía.

En el nº 2.960 de Vida Nueva

 

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