El adiós de la pequeña Andrea

La Justicia gallega interviene para retirar la alimentación artificial de la niña de 12 años

Estela Ordoñez y Antonio Lago, los padres de Andrea

Estela Ordoñez y Antonio Lago, los padres de Andrea

RUBÉN CRUZ | “Dejad morir a nuestra hija dignamente”. Este ha sido durante la pasada semana el ruego que los padres de Andrea, la niña gallega de 12 años que padece una enfermedad neurodegenerativa irreversible. Su petición se hizo realidad el 6 de octubre, cuando el servicio de pediatría del Hospital Clínico de Santiago decidió retirarle finalmente la alimentación artificial a la pequeña y mantener únicamente la hidratación necesaria para permitir la sedación.

Según precisó después la gerencia del hospital en una nota, en las últimas horas se habían producido “cambios clínicos” en la situación de la paciente que recomendaban modificar el plan terapéutico. Ahora, Estela Ordoñez y Antonio Lago, los padres de la niña, siguen en el centro hospitalario llenando de amor a su hija hasta el final de su vida, cuya fecha es incierta. “Pueden ser dos, cuatro, ocho o 38 días”, explicó el abogado de la familia, Sergio Campos.

En palabras de José Ramón Amor Pan, vocal del Comité de Ética del Hospital de La Coruña, hay que diferenciar entre alargar la vida y la agonía, porque “la ingesta de alimentos que hasta ahora le estaban introduciendo en el estómago a la menor estaba por debajo de lo que su cuerpo necesitaría, por lo que se encontraba infraalimentada”. Por su parte, el director del Departamento de Pastoral de la Salud de la Conferencia Episcopal Española, Jesús Martínez Carracedo, considera que quizá los médicos se han precipitado al retirarle la sonda gástrica a la menor. “La madre ha pedido que la niña no sufra, con lo que la Iglesia está de acuerdo, porque no queremos el sufrimiento de ningún ser, pero los médicos han dicho que no sufría y que no es una enferma terminal”, explica a Vida Nueva.

No obstante, advierte de que “la Iglesia está cercana a ellos, porque han sido capaces de luchar por su hija”. En este sentido, Amor Pan subraya que “no hay menor sombra de sospecha de que hayan sido malos padres, todo lo que sabemos es que luchan y han sido los mejores, tanto con Andrea como con sus otros dos hijos. Pero se han dado cuenta de que su hija ha iniciado el proceso de irse”.

Al mismo tiempo, el experto en bioética indica a esta revista que los padres se han visto obligados a acudir a los juzgados, pero judicializar un tema así es el “peor” escenario posible: “Significa el fracaso del sistema sanitario y de unos médicos que no han sabido mantener una adecuada relación médico-paciente, porque como la ley establece, la atención al enfermo terminal es tanto al paciente como a sus allegados”.

“Es triste llegar a esta situación”

La madre de la niña dijo, tras conocerse la medida adoptada por el hospital, que se siente arropada por la Justicia, “algo importante psicológicamente para acompañar a mi princesa en sus últimos días. Aprecio la objetividad y sensibilidad con la que trataron el caso”. En su perfil de una red social, Estela Ordoñez explicó que “es triste tener que haber llegado a esta situación después de tantos años tratando de hacer todo cuanto está en mi mano para que la vida de mi hija fuera la más feliz posible”. Así, remarcó: “No me arrepentiré nunca de ayudar a mi hija a luchar por sus derechos”.

El caso de Andrea ha sido el primero que ha llegado a la escena pública tras la entrada en vigor de la ley que, desde el pasado julio, regula en Galicia el derecho a morir dignamente. La legislación vigente, así como el dictamen del Comité de Ética Asistencial, deberían haber servido, según el Juzgado de Instrucción número 6 de Santiago, como guías para tomar una decisión, tal y como quedó reflejado en un auto del pasado mes de julio.

Sin embargo, la intervención de la justicia gallega ha sido clave para el cambio de criterio del equipo de pediatría del hospital. Y es que en la mañana del 6 de octubre la familia y el equipo médico se reunió ante el titular del juzgado, Roberto Soto, para llegar a un acuerdo tras el examen realizado a la niña por parte de un forense del Instituto de Medicina Legal de Galicia.

Denuncia contra el hospital

La Asociación Española de Abogados Cristianos lanzó el mismo 6 de octubre una petición pública al Jefe de Pediatría del Hospital de Santiago instándole a que no retirara la alimentación a la pequeña Andrea. Asimismo, advirtieron de que denunciarán al Servicio de Pediatría del Hospital por homicidio y mala praxis al violar el Código Penal e incumplir el Código de Deontología Médica. “Provocar la muerte de Andrea por inanición y deshidratación sí que es acabar con la dignidad de esta niña”, aseguró Polonia Castellanos, presidenta de la asociación.

En el nº 2.959 de Vida Nueva.

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