Uruguay – Ni complejos ni cátedra ni achicamiento

La laicidad uruguaya fue tema central en el Día de la Educación Católica

Hace 200 años, un 10 de septiembre, el general José Gervasio Artigas, en Purificación, firmaba dos relevantes documentos: uno sería el célebre Reglamento de Tierras, punto ineludible del proceso de independencia, y en el otro solicitaba dos sacerdotes al Cabildo de Montevideo para fundar las Escuelas de la Patria. Por eso, en esa fecha en Uruguay se celebra desde 2007 el Día de la Educación Católica, por el que hubo varios actos y pronunciamientos en distintos puntos del país.

En ese marco, en la ciudad de San José, el cardenal Daniel Sturla realizó su exposición Laicidad positiva y negativa. Aportes de la comunidad cristiana, en la que explicó el proceso histórico que vivió el país, diferenciando los conceptos de secularización, laicidad y laicismo. En su análisis afirmó que “la laicidad uruguaya tiene un ‘perfume’ francés”, mostrando las similitudes de ambos países en la materia. Señaló que en muchos ciudadanos persiste la idea de que la religión es un asunto privado: “este es el dogma laico franco-uruguayo”, sentenció. Y por él “muchas veces se ignora el aporte católico en la historia y en la sociedad”, señaló.

Sostuvo, además, que la falta de sentido de la vida es el principal problema que enfrenta hoy la sociedad uruguaya, y también vinculó este hecho al “cercenamiento de lo religioso”.

Sin embargo, de 1984 a esta parte, Sturla identificó signos de una “laicidad positiva”, que no implique ignorar la relevancia de la dimensión religiosa y permita el trabajo en conjunto con instituciones confesionales. Entre otros ejemplos, mencionó los convenios entre el Estado y varias ONG católicas dedicadas al cuidado de niños y adolescentes, o el reciente homenaje que el Parlamento y el Correo realizaron por los 200 años del nacimiento de Don Bosco, en reconocimiento al aporte de las obras salesianas a la educación.

“Nuestra iglesia está ubicada en la sociedad plural”, afirmó, donde debe dar su aporte sin “pretensiones hegemónicas, superando los complejos de ‘cátedra’ y el achicamiento”. “Diálogo, testimonio y anuncio son los desafíos de los cristianos uruguayos”, remarcó.

Martín de Salterian – Montevideo

 

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