Francisco se encontró con las monjas “condenadas” por Obama

‘VN’ entrevista a las religiosas que están en los tribunales por no suministrar píldoras abortivas

francisco-visita-Hermanitas-de-los-Pobres-G

Francisco saluda a la hermana Marie Mathilde, de 102 años

RUBÉN CRUZ | Se acercó a ella silenciosamente y le susurró al oído: “El Santo Padre desea reunirse con ustedes tras la misa”. Esas fueron las palabras que el nuncio apostólico, Carlo Maria Viganò, pronunció ante la cara de asombro de Mary Michael, directora de la residencia de ancianos Jeanne Jugan. “La superiora no supo cómo reaccionar: nos habíamos imaginado vivir la visita de Francisco con otros miles de católicos en la misa en la Basílica de la Inmaculada Concepción. Sin embargo, íbamos a tener un encuentro con Francisco en nuestra capilla”, explica a Vida Nueva la hermana Constanza Veit, portavoz de la congregación.

Francisco llegó el pasado 23 de septiembre poco después de la misa de canonización de fray Junípero. Una vez más, el Papa se salía del programa con la visita a las Hermanitas de los Pobres, pero no fueron elegidas por casualidad. “Este es un signo evidente de su apoyo hacia ellas”, dijo el portavoz vaticano, Federico Lombardi, puesto que la congregación está en los tribunales desde 2012 por rechazar el Obamacare, el mandato de la Administración que obliga a todas las empresas e instituciones a suministrar cobertura sanitaria a sus empleados, entre lo que se incluyen píldoras abortivas.

Y es que las hermanitas sostienen que suministrar estos productos viola sus creencias religiosas. Perdieron en primera instancia y ahora aguardan la sentencia del recurso presentado ante la Corte Suprema. Así, si no les dan la razón y las monjas se siguen negando al suministro, pueden llegar a enfrentarse a multas de 9 millones de dólares anuales. El Papa, en la rueda de prensa en el avión de vuelta a Roma, fue muy claro al respecto: “La objeción de conciencia es un derecho humano”.

Cerca de 45 Hermanitas de los Pobres permanecían reunidas en un gran círculo en la parte trasera de la capilla esperando a Francisco. “El Papa dio a cada hermana todo el tiempo necesario para decirle lo que llevaban dentro de su corazón, o simplemente para poder besar su anillo o intercambiar una sonrisa”, detalla la hermana Constanza.

En conversación con Vida Nueva, la monja recuerda cómo Bergoglio prestó especial atención a las novicias y a las hermanas más mayores. Entre ellas, la hermana Marie Mathilde, de 102 años, con la que el Papa se detuvo a conversar varios minutos. “Gracias por las numerosas veces que ha hablado en nombre de las personas mayores, haciendo hincapié en su dignidad y valor a pesar de la tendencia de nuestra cultura contemporánea a marginar a los mayores”, le dijo la monja.

Cuidado a los mayores

El tema central del breve encuentro fue el cuidado de los mayores. El Papa afirmó que “el cuidado de los ancianos no es la tarea más atractiva del mundo, a menudo es visto como algo inútil y oneroso. Pero a través de vuestra misión estáis salvaguardando la memoria de la Iglesia, ya que es la tercera edad la que nos ha transmitido la fe”.

Por su parte, la hermana Constanza recuerda cómo el Santo Padre afirmó que “en el servicio a las personas mayores es realmente a Jesús a quien estamos cuidando. Cuando cantamos a los ancianos, oramos con ellos, los acariciamos o les mostramos ternura, lo estamos haciendo a Cristo”. “Un día tendréis una sorpresa”, dijo el Papa. Al mismo tiempo añadía: “Os daréis cuenta de que gracias al cuidado de los ancianos, se os abrirán las puertas al encuentro con Cristo”.

Las Hermanitas sintieron una profunda alegría con el anuncio de la visita de Francisco a Washington. “Nos sentíamos honradas, porque varias semanas antes, la organización del evento nos pidió prestado el hermoso crucifijo de nuestra capilla para la misa. También nos dieron tres entradas para asistir a la ceremonia en la Casa Blanca. Además, nos llenaba de emoción saber que la misa tendría lugar a poca distancia de nuestro barrio y que Francisco pasaría por nuestra casa en su camino al Seminario San Juan Pablo II”, indica Constanza.

Algunas de las hermanas agradecieron al Santo Padre por su ministerio, mientras que otras le aseguraron sus oraciones. El Papa concluyó el encuentro rezando un Ave María con las monjas y les dio su bendición. “Estos momentos tan especiales siempre pasan demasiado rápido. El Papa se fue, pero nunca olvidaremos sus palabras de aliento y su carácter alegre.

La visita de Francisco ha sido como un pinchazo espiritual en el brazo que nos da un nuevo impulso en nuestro compromiso diario”, cuenta la hermana Constanza a Vida Nueva. Antes de irse, por supuesto, el Papa les pidió un favor para poder llevar a cabo con garantías su “difícil tarea”: “Y pedirles que recen por mí”.

En el nº 2.958 de Vida Nueva

 

LEA TAMBIÉN:

Compartir