Francisco no se siente “una estrella” tras su paso por Cuba y Estados Unidos

Durante la rueda de prensa de vuelta a Roma, el Papa hace balance de su último viaje

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Francisco en el Benjamin Franklin Parkway durante el Encuentro Mundial de las Familias

M.PÉREZ | “Las estrellas son bonitas para verlas. Pero el Papa debe ser el siervo de los siervos de Dios”. Esta fue la respuesta de Francisco en la rueda de prensa durante el viaje de regreso a Roma tras su histórico viaje por Cuba y Estados Unidos, que ha servido para estrechar aún más los lazos entre ambos países. “En los medios de comunicación me llaman estrella, pero cuántas estrellas hemos visto que después se apagan y caen. Es una cosa pasajera. En cambio, ser el siervo de los siervos de Dios, no pasa”.

Haciendo balance de su periplo por Cuba y Estados Unidos (era la primera vez que visitaba la “cuna del capitalismo”), Francisco ha afirmado que le han sorprendido “las miradas, el calor de la gente, tan amable, una cosa bella y también diferente”. “Me ha impresionado mucho el recibimiento en las ceremonias religiosas y también por la piedad, la religiosidad”.

Abusos sexuales

De la misma manera que la condena a los abusos sexuales ocupó gran parte de sus discursos durante su estancia en Estados Unidos, también lo hizo durante la rueda de prensa en el avión. El Papa afirmó que “cuando un sacerdote comete un abuso es gravísimo, porque la vocación del sacerdote es hacer crecer ese niño, esa niña, hacia el amor de Dios. Y en vez de hacer eso, lo ha impulsado al mal y por esto es casi un sacrilegio”.

Frente a los casos de abusos encubiertos por la Iglesia, clamó: “También son culpables aquellos que tapado estas cosas, hay algunos obispos que han tapado esto. Es una cosa feísima y las palabras de consuelo no son decir: ‘estate tranquilo, no es nada’. No, no, no. Ha sido así, pero ha sido tan feo”.

Preguntado por los periodistas sobre el perdón hacia estos abusadores, afirmó que “para dar el perdón hay que estar dispuesto a recibirlo. Es duro lo que estoy diciendo, y así se explica que haya gente que termine su vida dura, mal, sin recibir la caricia de Dios”.

Explicó también que durante este viaje a Estados Unidos conoció a una mujer abusada cuya madre, al enterarse de estos abusos “blasfemó contra Dios, perdió la fe y murió atea”. “Yo comprendo a esa mujer. La comprendo. Y Dios, que es más bueno que yo, la comprende”.

Crisis migratoria

Recordando el discurso que pronunció ante el Congreso de los Estados Unidos el jueves 24 de septiembre, Francisco afirmó que nos encontramos ante “una crisis de refugiados nunca vista desde la Segunda Guerra Mundial”.

“Todos todos los muros caen, hoy, mañana, o dentro de cien años, pero todos caen”, dijo, respondiendo a la pregunta de un periodista sobre las alambradas en las fronteras. “El muro no es una solución. En este momento Europa está en dificultades es verdad. Debemos ser inteligentes porque viene toda aquella ola migratoria y no es fácil encontrar soluciones. Pero con el diálogo entre países deben encontrarlo”.

Reforma de las nulidades

En relación con los motu proprio que agilizan los trámites para la nulidad, Francisco afirmó que con esta reforma de los procesos “he cerrado la puerta a la vía administrativa, que era la vía por la cual podía entrar el divorcio”.

“La doble sentencia, cuando era válida, fue introducida por Benedicto XIV, porque en Centroeuropa, no digo el país, había algunos abusos, y para pararlos él introdujo la doble sentencia”, explicó. “Pero no es una cosa esencial al proceso. Los procesos cambian y la jurisprudencia cambia y se mejora siempre. Este documento solo facilita los procesos en el tiempo, pero no es un divorcio, porque el matrimonio es indisoluble cuando es sacramento”.

El servicio más humilde

“Yo no sé si he tenido éxito o no. Pero yo tengo miedo de mí mismo. Porque me siento siempre débil”, confesó Francisco. “También el poder es una cosa pasajera, hoy está y mañana no está. Es importante si tú con el poder puedes hacer el bien. Y Jesús ha definido el poder: el verdadero poder es servir. Hacer los servicios más humildes. Y yo tengo todavía que avanzar en este camino del servicio, porque siento que no hago todo lo que debo hacer”.

Preguntado por las relaciones entre la Santa Sede y China, reconoció que le “gustaría mucho ir a China”. Yo amo al pueblo chino, y deseo que existan las posibilidades de tener buenas relaciones, buenas relaciones. Tenemos contactos, hablamos e ir adelante. Para mi tener un país amigo como China, que tiene tanta cultura y tanta posibilidad de hacer bien, sería una alegría”.

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