Francisco a las familias: “Que nuestros hijos encuentren en nosotros referentes de comunión”

papa Francisco preside misa de clausura del VIII Encuentro Mundial Familias en Filadelfia viaje Estados Unidos 27 septiembre 2015

El Papa clausura el VIII EMF en Filadelfia; próxima sede, Dublín 2018

papa Francisco preside misa de clausura del VIII Encuentro Mundial Familias en Filadelfia viaje Estados Unidos 27 septiembre 2015

La misa se ha celebrado en el Parque Benjamin Franklin

MARIANO CHÁVEZ | Con la Eucaristía celebrada el día de hoy, domingo 27 de septiembre, en el Benjamin Franklin Parkway –corazón histórico y cultural de la ciudad de Filadelfia–, el papa Francisco clausuró el VIII Encuentro Mundial de las Familias y concluyó todos los actos programados durante su estancia en Estados Unidos.

Durante el trayecto hacia el recinto preparado para este acontecimiento, Francisco detuvo en varias ocasiones el papamóvil para bajarse a caminar y saludar a las multitudes, así como para bendecir y besar a los niños que los cuerpos de seguridad le acercaban. Esto no impidió que llegara puntual a la cita, y fue recibido entre aplausos y gritos por parte de los asistentes que esperaban con ansias su llegada, así como por algunos niños que portaban pancartas con dibujos alusivos al Pontífice.

Tal como sucedió en el día de ayer, la cultura se hizo presente a través de la participación de la Orquesta Sinfónica de Filadelfia.

A diferencia del día de ayer durante el encuentro con familias y la vigilia de oración, hoy en contadas ocasiones se ha salido del discurso que tenía preparado, y lo hizo solo con el fin de acentuar algún elemento de la homilía. Sus palabras estuvieron atravesadas por lo que él mismo cuestionaba en su reciente encíclica: “¿Qué tipo de mundo queremos dejarle a nuestros hijos?”.

No obstaculizar los gestos evangélicos

Al inicio de su homilía, tomó como punto de partida a las figuras de Moisés y Jesús, quienes en su momento, reprenden a sus colaboradores que se oponen a dejar a otros hacer el bien, por no ser parte del mismo grupo: “En el Evangelio, Juan dice a Jesús que los discípulos le han impedido a un hombre sacar espíritus inmundos en su nombre. Y aquí viene la sorpresa: Moisés y Jesús reprenden a estos colaboradores por ser tan estrechos de mente. ¡Ojalá fueran todos profetas de la Palabra de Dios! ¡Ojalá que cada uno pudiera obrar milagros en el nombre del Señor!”.

El Pontífice explicó que el escándalo más grande que el cristiano puede cometer se constituye a partir del impedimento que, en muchas ocasiones, podemos llevar a cabo para la manifestación auténtica del Espíritu: “Los discípulos, por su parte, actuaron de buena fe, pero la tentación de ser escandalizados por la libertad de Dios que hace llover sobre ‘justos e injustos’, saltándose la burocracia, el oficialismo y los círculos íntimos, amenaza la autenticidad de la fe y, por tanto, tiene que ser vigorosamente rechazada… Para Jesús, el escándalo intolerable consiste en todo lo que destruye y corrompe nuestra confianza en este modo de actuar del Espíritu”.

Por lo anterior, hizo un llamado para que las familias sean los lugares principales para que los pequeños gestos evangélicos puedan vivirse: “Son gestos mínimos que uno aprende en el hogar; gestos de familia que se pierden en el anonimato de la cotidianidad pero que hacen diferente cada jornada. Son gestos de madre, de abuela, de padre, de abuelo, de hijo. Son gestos de ternura, de cariño, de compasión. Son gestos del plato caliente de quien espera a cenar, del desayuno temprano del que sabe acompañar a madrugar. Son gestos de hogar. Es la bendición antes de dormir y el abrazo al regresar de una larga jornada de trabajo”. De aquí que se pueda afirmar que es en estos pequeños gestos donde se puede vivir el amor y la presencia de Dios.

No más divisiones

Un segundo llamado durante su reflexión fue a que los cristianos sean capaces de responder al Espíritu como una gran familia humana, sin divisiones: “Nuestra casa común no tolera más divisiones estériles. El desafío urgente de proteger nuestra casa incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar”.

De aquí que las familias deban preocuparse por “que nuestros hijos encuentren en nosotros referentes de comunión”, y no solamente entre los padres, sino también dentro de la vida sacerdotal y religiosa, y con ello, que sean capaces “unirse a los demás para hacer germinar todo lo bueno que el Padre sembró”.

El próximo EMF, en Dublín en 2018

Antes de finalizar la misa, el arzobispo de Filadelfia, Charles Chaput, dirigió unas palabras de agradecimiento y despedida, en las que subrayó la generosidad que caracteriza a los ciudadanos de Filadelfia.

Asimismo, agradeció a todos sus hermanos obispos y religiosas que hicieron posible la visita de Francisco a dicha ciudad, y agradeció el espíritu que le ha contagiado a él y a toda la Iglesia de Filadelfia para seguir adelante y luchando por las familias.

Por su parte, Vincenzo Paglia, presidente del Pontificio Consejo de la Familia, le aseguró al Pontífice: “Como los discíulos de Emaús, hemos sentido la presencia de Dios entre nosotros”. Además, aprovechó para recordar a las familias que “cada familia debe ser un santuario de la misericordia”, y que están llamadas a practicar las obras de misericordia como “recibir al extranjero y a consolar al que sufre”.

Por último, el propio Vicenzo Plagia anunció que el próximo IX Encuentro Mundial de las Familias se llevará a cabo en Dublín, Irlanda, en 2018.

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