‘Una segunda oportunidad’: de dilema en dilema

'Una segunda oportunidad', fotograma de la película

J. L. CELADA | Cada vez hay menos dudas de que una de las grandes inquietudes de Susanne Bier es poner de relieve la importancia de que, entre todos, procuremos que las futuras generaciones vivan un día En un mundo mejor (2010). Claro que la realizadora danesa no siempre lo transmite con idéntico acierto. Hace cinco años, depositó tamaña responsabilidad en manos de un cirujano que alternaba sus misiones humanitarias en África con la educación de su hijo en la solidaridad, el respeto y el perdón. Su apuesta le valdría un merecido Óscar a la mejor película de habla no inglesa.

Ahora, la reconocida cineasta, integrante del movimiento Dogma 95, recurre a una pareja de policías que atraviesan momentos vitales diametralmente opuestos. O eso es lo que parece, porque, a medida que avanza la historia, iremos descubriendo que uno y otro necesitan por igual Una segunda oportunidad. También algunos de los personajes que se cruzan en sus vidas. Concretamente, una madre maltratada y toxicómana, cuyo bebé se convertirá en involuntario protagonista de una cinta en la que se suceden sin tregua el drama personal, la tragedia familiar y el thriller policíaco.

'Una segunda oportunidad', fotograma de la películaAntes, sin embargo, la directora escenifica el antagonismo entre ambos compañeros: el idílico hogar donde uno de ellos (extraordinario Nikolaj Coster-Waldau) se refugia junto a su esposa e hijo a salvo de tempestades, frente a la caótica existencia de quien busca en el sexo y el alcohol un consuelo tras su separación. Por no hablar del abismo que media entre la idílica relación matrimonial del primero y otras realidades de la convivencia en pareja, como la que se encuentra en una de sus misiones.

Establecidos los oportunos contrastes, llega el momento de dar un paso adelante para seguir el verdadero rumbo de los acontecimientos. Y Bier no nos evita entonces la ocasión de sufrir con sus criaturas hasta extremos inimaginables (la violencia de ciertas situaciones resulta incompatible con el sueño de una maternidad feliz). Tampoco la posibilidad de juzgarlas, aunque ¿con qué derecho? ¿Qué es o no justo? ¿Dónde está lo correcto? ¿Quién está más capacitada para ser madre?…

Mientras todo se precipita, la mirada inquisitorial de la cámara –con primerísimos primeros planos de los ojos– conduce al espectador de dilema en dilema. Dilemas morales que interpelan, que desmontan prejuicios… Conflictos que no son nuevos, que acompañan al ser humano desde tiempos inmemoriales, pero que siguen y seguirán desafiando sus convicciones más profundas.

Si aquí no lo hacen con la prudencia y habilidad de anteriores trabajos es porque el tremendismo que se instala en esta película puede restar credibilidad a los sentimientos y emociones que fluyen por ella. Aun con todo, la trayectoria de su creadora aconseja que también a ella le concedamos Una segunda oportunidad. Por muchas dudas que susciten los dilemas planteados o la eficacia narrativa en su modo de resolverlos.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: En chance til.

DIRECCIÓN:Susanne Bier.

GUIÓN: Anders Thomas Jensen.

MÚSICA: Johan Söderqvist.

FOTOGRAFÍA: Michael Snyman.

PRODUCCIÓN: Sisse Graum Jørgensen.

INTÉRPRETES: Nikolaj Coster-Waldau, Ulrich Thomsen, Maria Bonnevie, Nikolaj Lie Kaas, Lykke May Andersen, Thomas Bo Larsen, Peter Haber.

 

En el nº 2.957 de Vida Nueva

Compartir