Martina Juárez: “Voy a pedirle a Francisco que me ayude a traer a mis tres hijos de México”

Participante en la visita del Papa a Nueva York

Martina Juárez, participante en la visita del Papa a Nueva York, junto a sus hijos y nieto

Martina Juárez, junto a sus hijos Fabiola y Óscar, y su nieto Eduardo

RUBÉN CRUZ | Francisco ha escuchado sus súplicas. Martina Juárez es una indígena mexicana que vive en East Harlem (Nueva York) –conocido entre los latinos como El Barrio–. El próximo 25 de septiembre tendrá la oportunidad de ver de cerca al Santo Padre. Francisco, en su afán de “salir a la calle y hacer lío”, mantendrá una audiencia con 200 migrantes durante su visita a Estados Unidos. Entre los elegidos para compartir con el Papa se encuentran Martina Juárez, su marido, dos de sus hijos, y uno de sus nietos. “Voy a pedirle al Papa que me ayude a traer a mis tres hijos de México”, comenta a Vida Nueva.

La mexicana cree que la visita a El Barrio no es casualidad, ya que su familia envió una carta al Pontífice invitándole a conocer su realidad. “Mis hijos hicieron varios dibujos para el Papa y nosotros le escribimos para que viniera a vernos”, explica.

La vida de Martina y su familia en El Barrio es “igual de humilde que en Guerrero”, subraya. Manuel trabaja 14 horas diarias en un restaurante asiático y ella permanece en casa al cuidado de sus hijos. Varias veces en semana se acerca al centro que las Hermanitas de la Asunción tienen en East Harlem. Y es que las religiosas llevan varios años proporcionando comida y cuidados a la familia de Martina. “Una amiga me dijo que viniera porque en el centro daban comida a inmigrantes. La verdad es que las Hermanitas me han ayudado mucho”, señala.

Cada día que pasa los nervios crecen en la casa de Martina. Queda poco tiempo para poder ver al Papa de cerca y hacerle partícipe del drama de la inmigración clandestina desde Centroamérica hacía Estados Unidos. “Estoy muy esperanzada de que pueda escucharme y me ayude”, señala. Martina nunca se esperó que las Hermanitas de la Asunción eligieran a su familia para representarles en el encuentro con inmigrantes organizado por Cáritas Nueva York en el gimnasio de la escuela católica Our Lady Queen of Angels, en East Harlem.

Ella recuerda que una de las hermanas le llamó a casa hace algunas semanas para decirle que tenían que hablar. Después de hacerle varias preguntas, la religiosa le dijo que su familia había sido seleccionada para reunirse con Francisco. Lo único que Martina acertó a preguntar fue: “¿Por qué?”. La hermana le contestó que su familia es un claro ejemplo del drama de la inmigración de tantos centroamericanos que cruzan la frontera en busca del sueño americano.

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En el nº 2.956 de Vida Nueva

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