El Papa en La Habana: “Quien no vive para servir, no sirve para vivir”

papa Francisco preside la misa en la Plaza de la Revolución de La Habana 20 septiembre 2015 viaje a Cuba y Estados Unidos

Tras la misa en la Plaza de la Revolución, Francisco pide una “definitiva reconciliación” en Colombia

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ANTONIO PELAYO, enviado especial a CUBA | Durante toda la noche del 19 al 20 de septiembre, habían ido llegando a la Plaza de la Revolución de La Habana algunos centenares de miles de personas en autobuses (las guaguas) y la mayoría a pie. Llenar esa plaza, que puede contener 600.000 o 700.000 personas no es tarea fácil, en un país donde los transportes públicos son muy precarios (la capital carece de metro, por ejemplo). A pesar de esas dificultades, al rayar el sol la Plaza ya estaba casi llena, y cuando Francisco, en torno a las 8:15 h. de la mañana, comenzó su habitual giro para saludar a la multitud, la temperatura emocional se disparó (la metereológica tampoco bromeaba).

En primera fila, el presidente Raúl Castro (el que dijo “si el Papa sigue diciendo y haciendo así, yo volveré a la Iglesia”) junto con los más influyentes miembros de su gobierno –el vicepresidente Miguel Díaz Canel y el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Padilla– y otras dignidades del régimen. La presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner y la esposa del presidente de Panamá también ocupaban un lugar preferente y se protegían del sol con pamelas blancas.

La homilía papal estuvo toda ella centrada en la idea cristiana del servicio: “Servir –dijo Bergoglio– significa cuidar la fragilidad de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo”. Más adelante añadió: “Ser cristiano entraña servir la dignidad de sus hermanos, luchar por la dignidad de sus hermanos y vivir para la dignidad de sus hermanos”.

Refiriéndose al pueblo cubano, aseguró que “es un pueblo que tiene heridas, como todo pueblo, pero que sabe estar con los brazos abiertos, que marcha con esperanza, porque su vocación es de grandeza (…). No los descuiden [esos dones] por proyectos que pueden resultar seductores pero que se desentienden del rostro que está a su lado (…). Quien no vive para servir no sirve para vivir”.

Palabras para Colombia

Al finalizar la misa, Francisco dirigio el rezo del ángelus, que dedicó, en parte, al <strongconflicto en Colombia con las FARC y las conversaciones al respecto que se han estado manteniendo en La Habana.

“Que la sangre vertida por miles de inocentes durante tantas décadas de conflicto armado sostenga todos los esfuerzos que se están haciendo, incluso en esta bella Isla, para una definitiva reconciliación. Y así la larga noche de dolor y de violencia, con la voluntad de todos los colombianos, se pueda transformar en un día sin ocaso de concordia, justicia, fraternidad y amor en el respeto de la institucionalidad y del derecho nacional e internacional, para que la paz sea duradera. Por favor, no tenemos derecho a permitirnos otro fracaso más en este camino de paz y reconciliación”.

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