Responden así a las líneas propuestas por el Papa durante la visita ‘ad limina’
ANTÓNIO MARUJO | Una pastoral más inclusiva con las familias y los jóvenes y una Iglesia más acogedora con los que sufren y que se encuentran en las “periferias” de la fe. Estas son las principales líneas de acción que los obispos portugueses extraen de la conversación con el Papa durante la reciente visita ad limina de la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP), celebrada del 7 al 12 de septiembre.
En el encuentro, Francisco pidió a los obispos que le hicieran preguntas y críticas –a la Curia romana o al Papa– “libremente”. Luego, a partir de esas preguntas, respondió lo que él considera que es la misión esencial de la Iglesia: “Acoger a un mundo herido y, al mismo tiempo, cínico, donde se vive la indiferencia, la violencia y la competitividad”. El primer día de la visita, el Papa se había reunido con cada grupo (norte y sur) durante una media hora. Al final, les entregó el discurso escrito, que había sido preparado por la Secretaría de Estado.
António Marto, obispo de Leiria-Fátima y vicepresidente de la CEP, explica a Vida Nueva que, para responder a la realidad descrita en dicho informe, el Papa les propuso tres campos de acción: la Iglesia como “casa de la misericordia y de acogida”, las heridas en la familia y una “Iglesia en salida” para llegar a los que sufren y a las “periferias de la fe”.
Desbandada juvenil
Fue este último campo donde los obispos asociaron la referencia del discurso escrito a la “desbandada” de los jóvenes de la Iglesia. Algunos obispos consideraron las palabras “excesivas”, dice António Marto. Y tampoco vieron con buenos ojos que el texto no aludiera en absoluto a la dramática situación que atraviesa el país en el ámbito social. Sin embargo, el propio Papa, dice el vicepresidente de la CEP, relativizó el discurso entregado a los obispos, prefiriendo el diálogo con los prelados de viva voz.
“No había ninguna referencia en el texto a los problemas sociales del país”, coincide en la apreciación Torgal Januário Ferreira, obispo emérito de las Fuerzas Armadas y expresidente de la Comisión de Pastoral Social. “El discurso no tenía la mano del Papa”.
En el texto, el Pontífice se pregunta: “¿Los jóvenes dejan la Iglesia porque así lo deciden? ¿Así lo deciden porque no están interesados en la oferta recibida? ¿No les interesa la oferta porque no da respuesta a las cuestiones e interrogantes que los perturban? ¿No será, simplemente, porque hace mucho que han dejado de poder vestir su traje de primera comunión?”.
En respuesta, el mismo discurso añade: “La propuesta de Jesús había convencido [a los discípulos]. Hoy en día, nuestra propuesta de Jesús no convence”. En los libros de catequesis, la figura de Jesús está “bien presentada”, pero es más difícil “encontrarlo en el testimonio de la vida del catequista y de la comunidad”.
“Los jóvenes son una galaxia, un conjunto de constelaciones, nacidos en un mundo muy diferente de aquel en el que nosotros hemos nacido”, dice Marto. “Por lo tanto, los obispos debemos hacer un gran esfuerzo de reflexión para saber cómo llegar mejor a los jóvenes y cómo acoger mejor a las familias”, agrega.
Esta reflexión se realizará en noviembre, durante la Asamblea Plenaria de la CEP. Las palabras del Papa han sido “estimulantes para abrir los espacios de la Iglesia a los de fuera, caminando al encuentro de los jóvenes y de los sectores más olvidados”, añade el obispo de Viseu (centro-norte), Ilídio Leandro. Este prelado suma la “necesidad de que la Iglesia sea más inclusiva” con grupos como los jóvenes que han crecido fuera de las prácticas cristianas, o parejas que se han vuelto a casar.
“El Papa nos ha animado en este trabajo. Él claramente nos ha mostrado que los jóvenes y la familia están en su corazón, y eso nos ha transmitido a nosotros”. Por lo tanto, el obispo de Viseu promete que la próxima reunión de la CEP concretará planes de acción pastoral en estas áreas. Con los jóvenes, añade Leandro, la Iglesia debe insistir en “el testimonio y la palabra; no puede ser solo una práctica litúrgica y de celebración”.
Abiertos a los refugiados
También la cuestión de los refugiados, por su actualidad, estuvo presente en los diálogos de la visita. El Papa les comentó algún ejemplo de cómo la Iglesia puede acogerles. Algunos obispos portugueses ya se han manifestado sobre el hecho de que las comunidades y las familias cristianas deben abrir sus puertas a aquellos que buscan escapar de la violencia y la guerra. E incluso han ofrecido instalaciones eclesiales para ese propósito.
En el nº 2.956 de Vida Nueva.