Norberto Rivera Carrera: “La Iglesia no puede taparse los ojos ante la pederastia”

Cardenal arzobispo de la Ciudad de México

Norberto Rivera Carrera, cardenal arzobispo de la Ciudad de México

FELIPE DE J. MONROY (MÉXICO DF) | El cardenal Norberto Rivera Carrera es el último purpurado mexicano en activo creado por Juan Pablo II. Arzobispo de la Ciudad de México desde hace 20 años, dirige la diócesis con mayor número de católicos en el mundo (siete millones de feligreses). Es el líder religioso más mediático del país, a pesar de mantener distancia con los medios de comunicación desde hace seis años. Esta entrevista a Vida Nueva es la primera a un medio independiente en mucho tiempo.

PREGUNTA.- El 26 de julio se cumplieron 20 años de su llegada al Arzobispado de México, y, también, de ser un referente de la Iglesia mexicana. ¿Cómo percibe los cambios en esta arquidiócesis y en esta ciudad?

RESPUESTA.- Nuestra Ciudad de México no solamente es grande, sino que concentra muchas de las realidades positivas y negativas de todo México. Pero, además de ser grande y tener esa concentración nacional, aquí vemos que se dan los cambios más profundos, más significativos que después van a las ciudades. Porque aquí tenemos los tres poderes, los centros de cultura y los centros de comunicación más importantes del país. Es normal que aquí se den grandes cambios y esto evoluciona. Constantemente, en el diálogo con los laicos, les digo que esta ciudad ha cambiado totalmente desde que llegué a la fecha. Va en constante evolución. Y por lo tanto, no podemos seguir haciendo lo mismo porque la ciudad es otra. Pero, el que piense que va a guiar esta comunidad con sus propias capacidades o sus propias estrategias, se equivoca. Aquí tenemos una gran base, hay muchas religiosas, multitud de sacerdotes, fieles cristianos que continuamente hacen oración por esta Iglesia y por el arzobispo, por quien hace cabeza en esta Iglesia. Entonces uno no puede estar pensando que va a guiar esta comunidad por sus propias capacidades. Uno debe de confiarse en el Señor.

P.- Dice que no se pueden hacer las cosas como siempre se han hecho. ¿Qué cosas nuevas se deben hacer?

R.- Aquí, en la gran ciudad, como en muchas otras partes de México, veníamos haciendo una pastoral de conservación, una pastoral de culto. Pero aquí, más que en ninguna parte, se necesita tener una pastoral misionera. Porque, si nos conformamos con seguir atendiendo o dando los servicios tradicionales que da la Iglesia a sus feligreses, cada día tendremos menos. Y, sobre todo, la calidad de los feligreses va a disminuir. Por lo tanto, no solamente tenemos que ser más misioneros, sino que tenemos que prepararnos más y mejor para dialogar con estas culturas, con estas nuevas generaciones.

P.- Francisco tuvo a bien iniciar un tribunal para atender situaciones emergentes en caso de obispos, de situaciones irregulares y de gravedad. Quisiera saber cuál es su posición a propósito y de qué manera puede auxiliar a una población que, en algunos puntos, se ha sentido muy ofendida por decisiones que se han tomado a nivel episcopal frente a abusos que clérigos han cometido contra ciertas personas…

R.- Yo creo que, a grandes males hay que dar grandes remedios y, la Iglesia, desde el tiempo del papa Juan Pablo II –viendo este problema de la Iglesia– lo tomó muy en serio. Nosotros recibimos orientaciones y expresamos nuestra realidad. Con el papa Benedicto también esto creció con otras instituciones y otros estudios. Ahora el papa Francisco también ha asumido esta responsabilidad y yo creo que es un paso más de este tribunal donde los responsables del clero, que somos los obispos, que son los superiores mayores de los religiosos, debemos tomar más en serio el seguir las normas que tenemos y ayudar realmente a la Iglesia a purificarse. La Iglesia no puede taparse los ojos ante un problema de este tamaño. Yo creo que es un elemento más, que mucho nos ayudará a que nuestra Iglesia tenga la salud que debe de tener y no tenga esas heridas tan graves que ha causado este problema de la pederastia.

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En el nº 2.954 de Vida Nueva

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