El XIV Encuentro de Pastoral Afroamericana y Caribeña será en Colombia

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Horizontes para la pastoral afrocolombiana a la luz del último encuentro en Haití

Entre el 20 y el 27 de julio tuvo lugar en Haití el XIII Encuentro de Pastoral Afroamericana y Caribeña. El evento reunió a más de 200 personas de todo el continente, entre ellas una nutrida delegación de participantes provenientes de Colombia, sede en 2018 de la versión número XIV.

El objetivo de la actividad: renovar el  compromiso de la pastoral afro en el marco del inicio del decenio de los afrodescendientes (declarado por la ONU), impulsando su protagonismo en la construcción de un desarrollo sostenible, justo y solidario.

El padre Emigdio Cuesta, provincial de los misioneros del Verbo Divino en Colombia, habló con Vida Nueva acerca del carácter emblemático del último encuentro: “por darse en Haití, un país con el 98% de su población afrodescendiente y por ser el primer país libre de América”. Más allá de la pobreza extrema en que se halla sumida la nación, el presbítero cree necesario destacar la resistencia de la población civil en orden a construir su futuro desde su identidad y sus propios valores culturales. “En eso Haití es maestro”, subraya antes de añadir: “yo creo que la respuesta la tiene la religión afro (…) todo Haití respira vudú (…) esa espiritualidad haitiana es la que alimenta sus sueños, su deseo de lucha”. A su parecer, aún falta mucho para que la Iglesia Católica sea capaz de ver esta realidad con ojos abiertos y positivos.

De lado del pueblo

Los encuentros de pastoral afro a nivel continental insisten en la necesidad de acompañamiento por parte de la Iglesia a los pueblos de afrodescendientes en sus luchas por sus derechos. Hay una vivencia afro del cristianismo: “no tenemos que dejar de ser negras o negros para ser cristianas o cristianos”, declaran quienes participan del proceso y quienes, como el padre Emigdio, creen que una pastoral afro no es prescindible: “primero, por la condición como llegamos aquí; segundo, porque somos cristianos; y, tercero, porque la Iglesia que se identifica con los más pobres debe seguir mirando de manera particular y diferencial la realidad del pueblo afro”.

Como señala el documento base del encuentro en Haití, “los afroamericanos siguen amenazados en su existencia física, cultural y espiritual y sus comunidades no son tratadas con dignidad e igualdad de condiciones ni tienen las mismas oportunidades de progresar”. A veces hay la impresión de que los encuentros son como una insistente gota de agua sobre una piedra, dado que la situación de la población afro no parece mejorar y todavía falta mucho para que la Iglesia asuma con verdadera determinación sus compromisos con esta porción del Pueblo de Dios.

Con todo, los encuentros sirven justamente para animar a quienes participan de ellos para que posicionen en la agenda de las conferencias episcopales la pastoral afro como apuesta eclesial por defender la dignidad de estos pueblos. Entre los compromisos también se encuentran: visibilizar y articular esta pastoral en sus distintos países, participando de las propuestas que ya se están gestando con ocasión del decenio de los afrodescendientes; promover el cuidado de la casa común y la aspiración a que el diálogo entre el cristianismo y las tradiciones espirituales afroamericanas enriquezca a la Iglesia.

Para el caso de Colombia, los desafíos que dejó el encuentro de Haití están vinculados a consolidar el proceso de la pastoral afro a nivel nacional; a trabajar de cara al encuentro internacional de 2018 que se llevará a cabo en el país, motivando, por ejemplo, a los obispos, para que nombren delegados; igualmente, a fortalecer los grupos que ya existen y, como insiste el padre Emigdio Cuesta enfáticamente: a nunca y por ningún motivo entender la pastoral afro fuera de las luchas y búsquedas que hace el pueblo afrocolombiano, toda vez que esta expresión de la Iglesia tiene que estar al lado de las organizaciones y de las comunidades.

Texto: VNC

Foto: Pastoral Afro Santa Marta Cali

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