Obituario: Santiago Fernández Ardanaz, periodista y profesor

Santiago Fernández Ardanaz, periodista fallecido en julio 2015

Fue corresponsal de ‘Vida Nueva’ en Roma

Santiago Fernández Ardanaz, periodista fallecido en julio 2015

ANTONIO PELAYO | La noticia me llegó el domingo 19 de julio, gracias a una llamada de Ignacio Arregui, director durante muchos años de los Servicios Informativos de Radio Vaticano. Santiago Fernández Ardanaz había fallecido el 15 de julio en Alicante a los 73 años. Estaba al tanto de su enfermedad, pero no esperaba un desenlace tan rápido.

Nuestra relación personal se remonta a nuestros años de vida común en la Universidad Pontificia Comillas (Santander), donde ambos nos preparábamos para ser sacerdotes. Entre otras cosas, compartíamos los ensayos de la Schola Cantorum (él, bajo; yo, modesto tenor), bajo la dirección del P. José Ignacio Prieto, y alguna que otra merendola.

Volvimos a coincidir años después en Roma, donde Santi fue, entre 1977 y 1995, corresponsal de los periódicos del grupo El Correo. Este trabajo lo simultaneó con otras tareas periodísticas, como la colaboración semanal con nuestro semanario; en las páginas de Vida Nueva dejó abundantes pruebas de su excelente preparación teológica, de su sensibilidad hacia la evolución de la Iglesia posconciliar, de su amor a la verdad. También fue agudo observador de la inextricable actualidad política italiana (publicó un libro sobre Silvio Berlusconi); para oxigenarse, todos los años se sumaba a la multicolor caravana del Giro de Italia, cuyas etapas seguía con entusiasmo y el conocimiento de un verdadero especialista.

Libre ya de las ataduras del periodismo profesional, Ardanaz optó por dar un rumbo nuevo a su vida dedicándose a la docencia y a la investigación. Pasó fugazmente por la UCAM murciana (etapa de la que no conservaba un buen recuerdo), para recalar en la Universidad Miguel Hernández de Elche, de la que fue profesor, vicedecano de Periodismo y coordinador de Antropología en la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas. De esta época datan algunos de sus libros de mayor calado.

Tuvo siempre a su lado a su mujer, Cecilia, que compartía con él todas las inquietudes; a ella y a sus hijas, Amaya e Itziar, les llegan en estas tristes horas tantos testimonios del afecto que su esposo y padre supo granjearse allí por donde pasó.

En el nº 2.952 de Vida Nueva

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