La asignatura de Religión, de las aulas a los tribunales

alumnos estudiantes en el aula colegio escuela

Las diócesis de Mallorca y Oviedo pugnan por unos mínimos intocables

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MATEO GONZÁLEZ ALONSO | Las distintas autonomías están publicando la organización de currículo de ESO y Bachillerato de cara a la implantación, a partir de septiembre, de la Ley de Mejora de la Calidad de la Educación (LOMCE) en estas etapas educativas. Esta reforma ofrece cierto margen a las consejerías de Educación para el reparto de horas según cómo estén clasificadas las diferentes asignaturas. La de Religión entra dentro de esta distribución, con diferentes tratamientos según las comunidades.

El Gobierno balear estableció en su decreto de aplicación del 15 de mayo que, en el caso de 1º de Bachillerato, fuesen los centros los que decidiesen respecto a la oferta de la asignatura de Religión. El Obispado de Mallorca, mediante un recurso, ha conseguido una suspensión cautelar de los artículos del decreto que hacen referencia a la elección en ese curso en concreto. El argumentario del auto del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Baleares hace referencia a los Acuerdos con la Santa Sede de 1979, en los que se establece la obligatoriedad de la oferta de la materia en los cursos de Bachillerato. El BUP de entonces comprendía hasta el actual 1º de Bachillerato.

En estos procesos de aprobación y aplicación de la reforma educativa entra en juego otra variante: hay gobiernos autonómicos que, tras las elecciones del 24 de mayo, han cambiado de signo. En el caso balear, el nuevo currículo fue publicado por el Gobierno del Partido Popular, mientras que el actual ejecutivo, presidido por la socialista Francina Armengol, ha anunciado un proceso de “revisión y derogación de los actuales currículos” para cumplir así los acuerdos de gobernabilidad firmados.

En el caso de Asturias, con el anterior ejecutivo todavía en funciones a la espera de que se alcancen acuerdos de gobierno, el currículo del Bachillerato se publicó el pasado 29 de junio, y el de la ESO al día siguiente. Tras conocerse definitivamente estos decretos, el Arzobispado de Oviedo presentó el pasado 10 de julio un recurso contencioso administrativo contra cada uno de los decretos por considerar que afectan a derechos fundamentales recogidos en la Constitución.

También la Plataforma Asturiana Religión en la Escuela, tras haberse movilizado en los últimos meses, ha presentado varias demandas pidiendo la suspensión cautelar de estos decretos debido al recorte de horas que sufre la materia.

“Acoso y derribo”

Por su parte, las familias y los centros de Escuelas Católicas también han presentado varios recursos. Para la delegada de enseñanza de la diócesis, Pilar Hernández, “lo más importante es que la presentación de los diferentes recursos expresa que la asignatura es una demanda social que afecta a toda la comunidad educativa y no es un privilegio de la Iglesia”.

En declaraciones a Vida Nueva, Pilar Hernández asegura que “los profesores de Religión están preparados para una reducción de horas si baja la demanda de la asignatura por parte de las familias, pero no si esta reducción es fruto de una decisión ideológica”.

El obispo, Jesús Sanz Montes, en varias de sus cartas semanales, se ha referido directamente a la cuestión. Así, el pasado 7 de mayo, criticaba que existen “muchos burladeros ideológicos que niegan derechos e imponen lo que nadie demanda (sucede con la clase de Religión y el acoso y derribo desde la Consejería)”.

Todo apunta a que el camino no ha hecho más que empezar. Desde la Comisión de Enseñanza de la Conferencia Episcopal Española no se van a tomar medidas conjuntas, sino que se opta porque cada diócesis o provincia eclesiástica realice las acciones que estimen oportunas a partir de las distintas legislaciones autonómicas.

Las medidas recurridas

Las medidas recurridas por las diócesis ante los tribunales son: la desaparición de la oferta de la asignatura en 2º de Bachillerato –presente en el Principado con la anterior ley–; la situación de la asignatura en 1º de Bachillerato, que, según el comunicado, “se oferta de tal manera que imposibilita su libre elección, además de su carga horaria ínfima”; la reducción horaria que ha sufrido en la ESO, a pesar del nuevo estado de la materia clasificada ahora entre las asignaturas específicas; y la ausencia de la posibilidad de la doble elección de su alternativa, Religión y Valores Cívicos, posibilitada por la LOMCE.

En el nº 2.950 de Vida Nueva

 

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