El muro de Israel sí se levantará sobre Beit Jala

familia cristiana en Beit Jala, Valle del Cremisán, Israel

La sentencia definitiva mantiene en zona palestina a los salesianos, pero separa a 58 familias cristianas de sus tierras

familia cristiana en Beit Jala, Valle del Cremisán, Israel

Una de las familias cristianas afectadas en el Valle del Cremisán

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Tras lo que el 2 de abril parecía su salvación, con la sentencia favorable del Tribunal Supremo de Israel, el punto final de un litigio que ha durado nueve años ha acabado de un modo sorprendente en mazazo para las 58 familias palestinas cristianas de Beit Jala, en el Valle del Cremisán (cerca de Belén), que al final verán cómo el muro de seguridad israelí les separará físicamente de sus tierras de cultivo, su esencial modo de susbsistencia.

Este 6 de julio, la Corte Superior de Israel ha refrendado que los salesianos locales no vean separados su convento y su monasterio, así como su escuela (como figuraba en el plan inicial, impidiéndolo el Tribunal Supremo de Israel), pero sí permitirá que el muro se adentre en las zonas cultivables, principalmente viñas, que ya quedarán del lado israelí.

Entre los primeros en rechazar esta sentencia ha estado la Sociedad de St. Yves-Centro Católico para los Derechos Humanos, ligada al Patriarcado Latino de Jerusalén. En un comunicado, emitido al poco de conocerse el veredicto final, lamentan lo que entienden como un “desprecio de los procedimientos judiciales”, pues el máximo órgano jurídico de Israel, apenas tres meses atrás, había reclamado a su Ministerio de Defensa que buscara otras opciones para el recorrido del muro de seguridad que fueran “menos devastadoras para la población local”. Ahora, lamentan, pese a que en teoría se asegura que no se interrumpirá la conexión geográfica entre las obras salesianas y las comunidades locales a las que sirven, “se violan gravemente los derechos fundamentales y las libertades de los palestinos”.

¿Venganza contra el Vaticano?

En declaraciones a Fides, el obispo William Shomali, vicario del Patriarcado Latino de Jerusalén, ha mostrado su malestar, así como su extrañeza: “Estamos sorprendidos por la increíble decisión de la Corte de autorizar los trabajos [de reanudación de las obras del muro] sin admitir una apelación, y estamos tratando de entender las razones de este hecho. El cambio drástico de la sentencia anterior puede ser una reacción ante el reciente reconocimiento oficial del Estado de Palestina por la Santa Sede. No había habido ninguna reacción importante ante ese reconocimiento formal. Ahora tenemos la sensación de que, como en otros casos, la respuesta ha llegado con la política de los hechos consumados”.

Quien temía algo así era Vera Baboun, alcaldesa de Belén, quien siempre se ha mostrado muy activa en contra de la separación de los campesinos de Beit Jala de sus tierras, denunciándolo meses atrás ante el papa Francisco en Roma.

Ya en su día, afirmó que “el diseño del muro no responde a ninguna necesidad de seguridad y solo busca separar a las personas de sus tierras para confiscarlas y poder ampliar el área de los asentamientos israelíes, que ya han ocupado en ese cuadrante la mayor parte de los territorios palestinos”. “En pocos años, toda la zona se verá sofocada por las garras del muro, y los primeros en marcharse serán los cristianos”, concluía.

Condena de la Unión Europea

La preocupación por lo que se entiende como un acto unilateral de Israel, apoyado además por su Justicia, ha llegado hasta la Unión Europea (UE), cuyos departamentos en Jerusalén y Ramala han emitido una declaración en la que muestran su “profundo pesar y una gran preocupación”.

En caso de confirmarse la construcción del muro en Beit Jala, lamentan, “esta barrera restringirá severamente el acceso de 58 familias palestinas a sus tierras y tendrá profundas consecuencias en sus vidas. Por otra parte, la decisión dará lugar a un nuevo aumento de la densidad de población en la zona palestina junto a Belén, en una zona ya afectada por la expansión de los asentamientos de colonos”.

Así, recuerdan, la UE ya apoyó, en julio de 2004, la sentencia de la Corte Internacional de Justicia por la que se definía la construcción del muro de separación en espacios determinados unilateralmente por Israel como una acción “ilegal”.

En el nº 2.950 de Vida Nueva

 

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