Cómo tomar parte activa en la lucha

Hay una forma de Trata de personas dentro de algunas congregaciones religiosas que, en opinión de la Hna. Genoveva Nieto, se ha ido naturalizando hasta el punto de que se convive con ella y se la favorece bajo el disfraz de la beneficencia. Niñas traídas del campo para ser convertidas en empleadas domésticas mal remuneradas; llevadas a las comunidades con horarios extensos que van, en ocasiones, de cinco de la mañana a nueve de la noche, víctimas, muchas veces, de acoso laboral. “No es tal vez una práctica consciente pero está camuflada dentro de la idea de que hay que hacer algo por las familias pobres”, afirma la religiosa. “La justicia es primero que la caridad”.

La Trata de personas: nuevo areópago donde la vida clama, interpela y desafía a la Vida Consagrada. Tal fue el nombre del taller animado por la Hna. Genoveva durante el congreso internacional de la CLAR. Aprovechando la presencia de un nutrido grupo de participantes provenientes de todas partes de América Latina, el objetivo de la actividad consistió en desencadenar un proceso reflexivo y en construir redes y consensos sobre una problemática que aumenta día a día.

¿Qué podemos hacer?

La próximo 30 de julio se llevará a cabo el Día Internacional contra la Trata. Desde ya, la red Kawsay de defensores de vida, agrupación de la que forman parte las religiosas vicentinas, otras congregaciones y grupos de laicos, adelanta diversas estrategias de articulación. El congreso fue visto como un espacio oportuno para posicionar el tema, en orden a promover que se participe en la lucha mundial contra un flagelo calificado por el papa Francisco como esclavitud del siglo XXI y “llaga en el cuerpo de la humanidad”.

Sin embargo, hay todavía muchos prejuicios que impiden una correcta comprensión del fenómeno. Incurriendo en simplificaciones, se suele entender por Trata sólo el conjunto de prácticas asociadas a la explotación sexual. Igualmente, se cree que solo los pobres están en peligro de convertirse en víctimas. Diana Cano, Directora de la Fundación Esperanza, quien tomó parte en el taller, ha insistido varias veces en que la Trata es “un tema que está en todas partes, en todos los estratos, y que resulta invisible porque estamos acostumbrados y ya no nos parece tan grave como realmente lo es”. Se degrada a la persona a la condición de objeto también en prácticas de producción de muy diversa índole, aunque ello no esté asociado a la acción de una red trasnacional de explotación.

¿Cuáles son los prejuicios que nos impiden comprometernos personal e institucionalmente con las víctimas y sobrevivientes de la Trata de personas? ¿Somos capaces de reconocer al Dios de Jesús no sólo en nuestros ámbitos sagrados sino en los nuevos escenarios de muerte y degradación del ser humano? ¿El Dios a quien adoramos y servimos personal y comunitariamente es el Dios de Jesús?

La contundencia de estas preguntas interpeló a los participantes del taller. La Hna. Genoveva Nieto insistió en la importancia de aprovechar el próximo 30 de julio para visibilizar por todos los medios que sean posibles la problemática. Mucho se puede hacer por medio de “el voz a voz”; generando estrategias a nivel vecinal; creando redes de voluntarios que estén alerta a cualquier movimiento sospechoso; enseñando a los niños, niñas y adolescentes a auto-protegerse; programando actividades en las parroquias para estudiar el tema y garantizar la incidencia de planes preventivos en la comunidad; organizando en los centros educativos cineforos, debates, marchas, obras de teatro, carteles, volantes, actividades lúdicas y deportivas para decirle “No a la Trata”; uniéndose a las actividades que a nivel nacional proponen organizaciones sociales de lucha contra esta situación; diseñando programas radiales o televisivos que muestren el fenómeno, sus alcances y modalidades, así como la normatividad vigente en Colombia y en el mundo; accediendo a videos, documentales e historias de vida que circulan por internet, para divulgarlos masivamente; realizando jornadas festivas sobre el valor de la vida, el derecho a soñar, a ser feliz y a tomar las propias decisiones.

Estas son solo algunas de las ideas que ya se están promoviendo a nivel nacional y que cuentan con el respaldo de las vicentinas para insistir en que la Trata de personas existe y que ignorarla es favorecerla.

Texto: VNC

Fotos: Paula.Photography, alvarosant