Francisco llega a Paraguay: “¡Construyamos siempre la paz!”

papa Francisco con Horacio Cartes, presidente de Paraguay, en el Palacio Presidencial 10 julio 2015

El Papa visita al presidente Cartes y a las autoridades del “corazón de América”

papa Francisco con Horacio Cartes, presidente de Paraguay, en el Palacio Presidencial 10 julio 2015

Visita al presidente Horacio Cartes en el Palacio Presidencia

M. GÓMEZ | El papa Francisco ya está en Paraguay, en lo que es la tercera y última etapa de su viaje apostólico a América del Sur. A las 15:00 hora local (21:00 en España), el avión papal tomó tierra en el aeropuerto internacional Silvio Pettirossi de Asunción. Francisco fue recibido por el presidente Horacio Cartes junto a otras autoridades civiles, así como por algunos obispos paraguayos.

Durante la breve ceremonia de bienvenida, tuvo lugar la presentación de ambas delegaciones, los habituales honores militares y el saludo a la bandera. Además, se bendijeron las placas conmemorativas de la visita que realizó Juan Pablo II al país en mayo de 1988. La ceremonia finalizó con un homenaje floral de varios niños y bailes.

Francisco fue trasladao a la Nunciatura Apostólica de Asunción para descansar del vuelo procedente de Bolivia, y tres horas después, a las 18:00 h. (00:00 hora española), acudió al Palacio Presidencial para la visita de cortesía al presidente de la República.

Los sencillos, “verdaderos protagonistas”

Tras una reunión privada, el Papa se encontró con las autoridades y el Cuerpo Diplomático. “No es difícil sentirse en casa en esta tierra tan acogedora. Paraguay es conocido como el corazón de América, y no solo por su posición geográfica, sino también por el calor de la hospitalidad y cercanía de sus gentes”, comenzó el Pontífice.

Francisco puso en valor “el tesón y el espíritu de superación del pueblo paraguayo”, así como el esfuerzo de la nación por construir “un proyecto democrático sólido y estable. Es justo reconocer con satisfacción lo mucho que se ha avanzado en este camino gracias al esfuerzo de todos, aun en medio de grandes dificultades e incertidumbres”, les animó.

Subrayó el papel de “esos miles de paraguayos sencillos, cuyos nombres no aparecerán escritos en los libros de historia, pero que han sido y seguirán siendo verdaderos protagonistas de la vida de su pueblo”, y especialmente a la mujer paraguaya: “Sobre sus hombros de madres, esposas y viudas, han llevado el peso más grande, han sabido sacar adelante a sus familias y a su País, infundiendo en las nuevas generaciones la esperanza en un mañana mejor”.

Deseando que la justicia se asiente firmemente, el Papa exclamó: “¡Nunca más guerras entre hermanos! ¡Construyamos siempre la paz! También una paz del día a día, una paz de la vida cotidiana”.

Y, como ha venido haciendo durante todo el viaje a América del Sur, reclamó “diálogo”, “respeto” y “reconocimiento de las legítimas diferencias”. Y añadió: “En la voluntad de servicio y de trabajo por el bien común, los pobres y necesitados han de ocupar un lugar prioritario”, asegurando el compromiso y la colaboración de la Iglesia “en el afán común por construir una sociedad justa e inclusiva”.

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