La renovación de la Iglesia local de Poitiers (Francia)

Análisis de la experiencia referencial impulsada por monseñor Albert Rouet

portada Pliego Iglesia local de Poitiers julio 2015 2949

JESÚS MARTÍNEZ GORDO, Facultad de Teología de Vitoria-Gasteiz | La experiencia de renovación eclesial impulsada por monseñor Albert Rouet, siendo arzobispo de la diócesis francesa de Poitiers (1994-2011), fue formalmente desautorizada en 2012 por el sector de la Curia vaticana más partidario de defender un modelo de Iglesia marcadamente clericalista que sinodal y corresponsable. Un modelo, a la vez, más atento al Código de Derecho Canónico que a los criterios teológicos proclamados por el Vaticano II o a las urgencias –evangelizadoras y reorganizativas– que brotan de una sociedad crecientemente secularizada.

Sin embargo, más allá de las dudas que razonablemente se abren sobre dicha descalificación en el papado actual, la de Poitiers es una experiencia de renovación que, con las adaptaciones y correcciones que se estimen oportunas, sigue siendo referencial. De hecho, lo es en las otras renovaciones que también se están llevando a cabo en Francia y en muchas Iglesias locales de otros países de Europa.

Algunos datos históricos

Los datos históricos son incontestables y, a la vez, muy comunes a los de otras Iglesias locales en Europa: la Diócesis de Poitiers contaba, hacia la mitad del siglo XX, con unos 800 presbíteros, y sus previsiones para finales del siglo XX e inicios del XXI eran de poco más de 200. No tiene nada de excepcional que –en sintonía con el modo de proceder de la gran mayoría de las diócesis franceses– afrontara su futuro y, particularmente, los problemas derivados del envejecimiento y disminución del clero, de manera sinodal y corresponsable.

Fruto de ello fue la celebración, entre los años 1988 y 1993, del primer sínodo diocesano y el acuerdo de agrupar las 604 parroquias entonces existentes en 77 unidades pastorales (relais) con un consejo encargado de redactar un proyecto pastoral.

En enero de 1994, Albert Rouet, hasta entonces obispo auxiliar de París, es nombrado titular de Poitiers en sustitución –por jubilación– de monseñor Joseph Rozier. Finalizada la celebración litúrgica de entrada en la diócesis, le entregan las actas del sínodo recién clausurado. El nuevo obispo entiende que, antes de proceder a su aplicación, necesita conocer in situ la situación real de la diócesis. Esta inquietud le lleva a realizar una visita pastoral.

En el transcurso de la misma, se percata de que la remodelación que se piensa activar, al estar más preocupada por la estricta aplicación del Código de Derecho Canónico que por la resolución de las urgencias pastorales, corre un alto riesgo de favorecer una reorganización clericalista, ya que su referencia primera y última es el número –actual y previsible– de sacerdotes. Como consecuencia de ello, constata, se va acabar condenando a su suerte a las pequeñas parroquias y se va a dar por buena una imperdonable hemorragia de personas y comunidades.

Las claves teológico-pastorales de la renovación

Estas constataciones le llevan a proponer una renovación eclesial presidida no tanto por las previsiones de presbíteros o por las limitadas posibilidades pastorales que se abren a partir de una interpretación posibilista del Derecho Canónico, sino por la misión, la sinodalidad, la pertenencia responsable y corresponsable a las comunidades locales, la promoción de equipos pastorales de base y la potenciación de un nuevo modelo de presbítero en el que la dimensión cultual y litúrgica tenga su importancia, pero no constituya el centro articulador en torno al que giren las restantes.

  • 1. Una diócesis en estado de misión.
  • 2. Una diócesis sinodal.
  • 3. Comunidades locales y pertenencia corresponsable.
  • 4. La promoción de “equipos pastorales de base”. Los ministerios laicales “instituidos”. Los delegados de economía y de la coordinación pastoral.

Pliego íntegro publicado en el nº 2.949 de Vida Nueva. Del 11 al 17 de julio de 2015

 

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