Francisco en Guayaquil: “En el seno de la familia, nadie es descartado”

El Papa oficia su primera misa multitudinaria en Ecuador

Francisco durante la procesión de entrada en la misa en Guayaquil (Ecuador)

Francisco durante la procesión de entrada en la misa en Guayaquil (Ecuador)

M. PÉREZ | Durante su primera jornada completa en su periplo por América Latina, el papa Francisco ha llegado hoy a la ciudad de Guayaquil, la más poblada de Ecuador, y en la que se encuentra el Santuario de la Divina Misericordia. Tras visitar el Santuario y rezar con más de dos millones de fieles, se ha dirigido al parque Los Samanes para oficiar su primera misa en esta visita a Latinoamérica, en la que ha puesto todo su acento en la familia.

El vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, ha recibido al Papa en el aeropuerto de Guayaquil, donde, tras los saludos protocolarios, Francisco ha podido hacerse varios selfies con jóvenes ecuatorianos. El alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, ha entregado al Pontífice las llaves de la ciudad, diseñadas con topacio, perlas, oro y plata.

“Les daré la bendición, pero no les voy a cobrar nada”

A su llegada al Santuario de la Divina Misericordia, ha rezado con los enfermos oncológicos, ancianos abandonados, niños con cáncer y fieles de algunos de los sectores más pobres de Guayaquil que hasta allí se han desplazado para saludar al Papa.

“Les daré la bendición, pero no les voy a cobrar nada… Lo único que les pido es que recen por mí. ¿Me lo prometen?”, ha dicho Francisco a los presentes. Asimismo, ha afirmado que “los llevo a todos ustedes en el corazón. Le voy a pedir a Jesús para cada uno de ustedes mucha misericordia”.

Primera misa en Ecuador

Tras esto, Francisco se ha desplazado al parque de Los Samanes, donde, a pesar del calor, más de un millón de fieles esperaban al Pontífice. Durante su homilía, el Papa ha meditado acerca del pasaje del Evangelio: las bodas de Caná, un pasaje en el que “el vino es signo de alegría, de amor, de abundancia”, ha afirmado el Papa.

Explanada en el parque Los Samanes (Guayaquil, Ecuador)

Explanada en el parque Los Samanes (Guayaquil, Ecuador)

“Cuántos de nuestros adolescentes y jóvenes perciben que en sus casas hace rato que ya no lo hay. Cuánta mujer sola y entristecida se pregunta cuándo el amor se fue, se escurrió de su vida. Cuántos ancianos se sienten dejados fuera de la fiesta de sus familias, arrinconados y ya sin beber del amor cotidiano. También la carencia de vino puede ser el efecto de la falta de trabajo, enfermedades, situaciones problemáticas que nuestras familias atraviesan”.

Inmersos en el Año Jubilar de la Misericordia, en el que la Iglesia celebrará el Sínodo Ordinario dedicado a las familias, el Papa ha clamado que “en el seno de la familia, nadie es descartado; allí se aprende a pedir permiso sin avasallar, a decir gracias como expresión de una sentida valoración de las cosas que recibimos, a dominar la agresividad o la voracidad, y a pedir perdón cuando hacemos algún daño”.

“La familia es el hospital más cercano, la primera escuela de los niños, el grupo de referencia imprescindible para los jóvenes, el mejor asilo para los ancianos. La familia constituye la gran «riqueza social», que otras instituciones no pueden sustituir”.

Francisco ha querido terminar su homilía lanzando una “buena noticia”: “El mejor de los vinos está por ser tomado, lo más lindo, profundo y bello para la familia está por venir. El mejor de los vinos está por venir para cada persona que se arriesga al amor”.

Vuelta a Quito

Al finalizar la Santa Misa, Francisco se dirigirá al Colegio Javier, para almorzar con la comunidad de los jesuitas.

Tras este encuentro, el Papa retornará a Quito, donde visitará al jefe de Estado, Rafael Correa, en el palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo, situado en el centro histórico de la ciudad y catalogado en 1978 como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.

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