Un canto por los desaparecidos

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Homenaje junto a la Defensoría del Pueblo

El miércoles 27 de mayo la noche bogotana llegó entre velas encendidas a la calle 55 con carrera 10ª. Horas atrás había comenzado un homenaje a los desaparecidos forzadamente frente a la Defensoría del Pueblo, en Chapinero. Organizó la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas y lideró ASFADDES.

Los ausentes presentes

La jornada inició con una enunciación del nombre de cada una de las personas cuyos retratos fueron ubicados a la vista de los transeúntes.

Claudia Patricia Monsalve Pulgarín: PRESENTE, PRESENTE, PRESENTE; Leonardo Amaya: PRESENTE, PRESENTE, PRESENTE; Faustino López Guerra: PRESENTE, PRESENTE, PRESENTE…”. El gesto se repitió durante cerca de 20 minutos. Cada tanto, Gloria Gómez evocó fragmentos de poemas, letras de canciones y de otras expresiones que los familiares han sabido acuñar desde su experiencia y su lucha por la defensa de los derechos humanos. “Cuando la oscuridad no da respuesta cualquier luz es la esperanza de encontrar al ser querido”. “Ellos y ellas viven en cada paso, en cada grito, en cada palabra, en cada lugar, en nuestras lágrimas, en el puño alto resisten y persisten por siempre”. “No permitiremos que su rostro sea una estática fotografía en los álbumes familiares”.

La segunda parte de la actividad constó de un espacio litúrgico a cargo de uno de los diáconos de la Arquidiócesis de Bogotá, quien se refirió a la experiencia de la desaparición forzada a través del testimonio bíblico. También trajo a colación el ejemplo de Mons. Romero en el acompañamiento de las familias. Así se pronunció en cierta ocasión: “Tengo fe, hermanos, que un día saldrán a la luz todas esas tinieblas y que tantos desaparecidos y tantos asesinados y tantos cadáveres sin identificar y tantos secuestros que no se supo quién los hizo tendrán que salir a la luz. Y, entonces, tal vez nos quedaremos atónitos sabiendo quiénes fueron los autores”.

El arzobispo mártir de San Salvador criticó una religión de misa dominical pero de semanas injustas; una religión de mucho rezo pero con hipocresía en el corazón; una Iglesia instalada que se olvida del reclamo de las injusticias.

La jornada culminó con la sentida canción de Víctor Heredia, Todavía cantamos, adoptada por ASFADDES como su himno. Después del abrazo final, en medio de la oscuridad y el bullicio creciente, las velas encendidas seguían expresando la esperanza.

Texto y foto: VNC

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