Una reina en la periferia de las maras

Doña Letizia visita Suchitoto, en El Salvador, y conoce su pastoral

La reina Letizia con el sacerdote español Jesús Carrión

La reina Letizia con el sacerdote español Jesús Carrión

Una reina en la periferia de las maras [extracto]

ÁLVARO DE JUANA | Nunca pensó que protagonizaría imágenes con la reina de España. Tampoco que se harían virales a través de los medios y le terminarían reconociendo en la Huelva en la que se crió y a la que se trasladó de pequeño después de nacer en Sevilla. Jesús Carrión es un sacerdote español, neocatecumenal, de 39 años, que trabaja como misionero en la pequeña ciudad colonial de Suchitoto, a 44 kilómetros al norte de San Salvador, en El Salvador. Allí es párroco de la iglesia de Santa Lucía desde hace unos años, un templo en pleno proceso de rehabilitación.

Construido entre 1853 y 1955, Monumento Nacional desde 1978, es uno de los lugares más visitados. Se trata de una localidad pobre y propensa a los terremotos, por lo que sus edificios necesitan continuos arreglos. Además, la localidad fue muy castigada por la guerra civil de El Salvador, que tuvo lugar de 1980 a 1992, y ahora trata de recuperarse fomentando el turismo.

Jesús Carrión con la reina Letizia

Jesús Carrión con la reina Letizia

El 27 de mayo, recibieron una visita ilustre, la más “real” que se pudieran haber imaginado: la reina Letizia. Formaba parte de la agenda del primer viaje oficial en solitario de la esposa de Felipe VI, una visita centrada en los proyectos de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID). La iglesia de Santa Lucía, al igual que el mercado o el ayuntamiento, está siendo rehabilitada gracias a los fondos de la ayuda española.

La prensa de El Salvador ha destacado estos días, con motivo de la visita de la reina, la extraordinaria aportación de España al país. Así, el diario Prensa Gráfica recogió datos del Viceministerio de Cooperación y de Desarrollo, que muestran que nuestro país ha entregado en los últimos cuatro años unos 322 millones de euros.

Jesús esperó nervioso a que llegara la comitiva. Mientras se acercaba hasta la parroquia, doña Letizia saludaba a un grupo de bailarines que animaban la acogida con una cumbia típica cuya música era interpretada por una orquesta. Estaba todo preparado para que la reina pudiese visitar la parroquia y hacerse una idea de las labores que se están llevando a cabo en materia de restauración, aunque no solo en ese ámbito. Jesús también quería contarle qué hace allí, cómo ha terminado un joven sacerdote criado en Huelva en esas tierras lejanas.

En 2007, Juan Carlos y Sofía

El sacerdote español, en un cantón con campesinos

El sacerdote español, en un cantón con campesinos

“En 2007 vinieron también al país los reyes don Juan Carlos y doña Sofía, y uno de los sitios que visitaron fue Suchitoto. Aquí la patrona es santa Lucía, de la que tenemos en la iglesia una talla del siglo XVIII”, relata a Vida Nueva el sacerdote. “Ese día –continúa– se le hizo una ofrenda floral a la santa y los reyes conocieron la iglesia y vieron su situación. El párroco y el alcalde pidieron a los monarcas que intercedieran para ver si la parroquia podía entrar en el proyecto. Al poco tiempo, nos informaron de que nos iban a ayudar y comenzaron las obras de reforma”.

Jesús asegura que doña Letizia se mostró “muy contenta” por cómo habían avanzado las labores y su resultado, que incluso han sido inmortalizados hace poco en el documental La iglesia de Santa Lucía, de la cineasta salvadoreña Paula Heredia, que toma como protagonistas a las personas que se han ocupado de los trabajos. En la conversación que mantuvieron, también salió a relucir la Primera Comunión de su hija, la princesa Leonor, ocurrida justo una semana antes. “Mencionamos que su hija había hecho la comunión, y un padre regaló a Letizia una pequeña reliquia de san Juan Pablo II, un recuerdito para las hijas”, cuenta el presbítero.

Apenas cuatro días antes de la real visita, había sido beatificado Óscar Romero, el que fuera arzobispo de San Salvador. “Yo le hablé un poco de Romero –explica–, de su figura, de todo lo que había hecho, y se veía que estaba al tanto”. De hecho, pudo apreciar la devoción por el nuevo beato, pues en la parroquia, junto al altar, hay una imagen de monseñor Romero.

Sobre la beatificación, el párroco español cuenta que “se ha vivido con mucha alegría” y “para muchos de mi parroquia ha sido un reconocimiento a sus familiares”. Una feligresa “estaba muy emocionada porque a su marido le mataron en la guerra”. En esos años “asesinaron a muchas personas por ser catequistas, por ir por la calle con la Biblia. La gente tiene la esperanza de que esto sea un impulso para el país, para reconstruir la paz”.

Además, los católicos de los cantones que pertenecen a Santa Lucía no han quedado indiferentes a que sea un papa latinoamericano el que se encuentre al frente de la Iglesia. A este respecto, Jesús destaca que “a Francisco todos le tienen mucho cariño; aparte de ser de aquí, lo que le hace más cercano a la gente, hay un ambiente de alegría y esperanza con él”

Como no podía ser menos, Jesús le habló a la reina de la labor social que llevan en la parroquia: “Tenemos un territorio inmenso, con más de 60 cantones, aldeas pequeñitas dispersas por todo el territorio. La mayoría son campesinos, pastores y personas pobres. Muchos feligreses de la parroquia son antiguos combatientes, lucharon en la guerrilla o fueron desplazados por la guerra”.

reina-letizia-el-salvador3El cariñoso recibimiento a la monarca fue tal que doña Letiza no dudó en asomarse al balcón de la iglesia y saludar a los cientos de vecinos congregados en la plaza de la parroquia. Pero la vida cotidiana de Jesús está muy lejos de princesas y reinas. Su realidad se encuentra en las periferias: “La situación del país es dura porque hay una media de 20 asesinatos diarios a causa de las maras y de las pandillas. Es una situación muy difícil; no puedes denunciarlo a la policía, ya que hay mucha corrupción y ellos mismos están sobornados”. Sin embargo, “la Iglesia siempre ha estado ahí, acompañando e intentando paliar la situación lo máximo posible”.

En Santa Lucía, trabaja con Jesús otro presbítero, y otra iglesia del pueblo cuenta también con su párroco: “Hacemos vida de comunidad: por la mañana rezamos juntos y después salimos a los cantones. Cada día vamos a uno distinto y celebramos misa y revisamos la pastoral”. Uno de los principales problemas al que tienen que hacer frente es que los jóvenes se unen a las maras: “Si no estamos muy pendientes de ellos, se los llevan las maras y otros se ven abocados a las drogas. Es complicado porque hay una pandilla en cada barrio y los jóvenes no pueden pasar de uno a otro barrio. Por eso llevamos una labor de prevención”. Para ayudarles, hay becas parroquiales, para que algunos puedan estudiar en la Universidad de San Salvador.

Además, hay un centro pastoral al lado de la parroquia, un oratorio y una zona de juegos. Al mismo tiempo, “impartimos catequesis y los domingos les ponemos una película por la noche. Hacemos lo que podemos. Y a veces sentimos impotencia”, asegura con cierta tristeza. En todo ello, él ve “un proceso de reconstrucción de la persona. Aquí la guerra todavía está presente en el ambiente y todos tienen familiares muertos de uno u otro bando. La reconstrucción de la iglesia es un símbolo de lo que se está haciendo con la gente”.

Seguirá en la misión

Jesús Carrión ya ha echado raíces en El Salvador, pero, con toda probabilidad, se convertirá en unos meses en rector de un seminario en Perú. Deberá cambiar de escenario, de personas, pero continuará en la misión, esta vez formando y educando a las jóvenes vocaciones. Ahora, y seguro que también en Perú, echa de menos España y en concreto a sus dos ciudades más ligadas a él: Sevilla y Huelva. “Cuando puedo me escapo a España unos días a ver a mi familia”, pero, de momento, “mi vida está en las periferias”.

En el nº 2.945 de Vida Nueva

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