Más de 50.000 personas participan en la misa en el estadio Kosevo
El Papa recorrió en papamóvil buena parte del estadio para saludar a los fieles
ANTONIO PELAYO, enviado especial a Sarajevo | La primera mitad de la intensa jornada de Francisco en Sarajevo, hoy sábado 6 de junio, concluye con una sensación muy positiva: como es habitual en él, Bergoglio se ha metido a la gente en el bolsillo, y el estadio Kosevo, donde ha celebrado la misa, ha registrado un lleno absoluto (más de 50.000 personas, sin duda), con una multitud que ha captado el mensaje del que es portador el Santo Padre: perdon, reconciliacion, olvidar las heridas del pasado, mirar al futuro con esperanza y afrontar los problemas sin temores ni rencores.
El avión papal aterrizó puntual en las pistas del aeropuerto de la capital, y poco después de las nueve de la mañana el Papa descendió la escalerilla, al pie de la cual recibió el saludo de uno de los tres vicepresidentes de Bosnia-Herzegovina, el croata Dragan Covic, y del cardenal Vinko Puljic.
Una larga hilera de niños y jóvenes ataviados con sus trajes tradicionales portaba en sus manos pancartas con el lema Mir vama (La paz esté con vosotros). Bergoglio quiso saludarles uno a uno; aunque el organizador de los viajes papales, Alberto Gasbarri, le indicó que dicho gesto no estaba previsto en el protocolo, el Santo Padre hizo caso omiso y siguió estrechando manos emocionadas.
Media hora despues daba comienzo, en el Palacio Presidencial, la ceremonia oficial de bienvenida, con el saludo de los tres vicepresidentes: el ya citado Dragan Covic, el serbio Mladen Ivanic (que ejerce en estos momentos la presidencia rotatoria) y el bosnio musulmán Bakir Izetbegovic, el único que ya acogió en 1997 a Juan Pablo II.
Con el presidente Mladen Ivanic
Peregrino de la paz y el diálogo
En su primer discurso, el Pontífice se definió como “peregrino de la paz y del diálogo” y subrayó que le complacía “ver los progresos realizados (…). Es importante, sin embargo, no contentarse con lo ya logrado, sino procurar que se adopten nuevas medidas para fortalecer la confianza y crear oportunidades para que aumente la comprensión y el respeto mutuo”.
Uno de los embajadores acreditados en esta nación, que asistió a la ceremonia, nos confió: “Este es el mensaje que los pueblos de la Bosnia-Herzegovina necesitan escuchar: hay que superar las barreras de desconfianza entre los diversos componentes étnicos y religiosos de la población y proyectar sobre todo a las nuevas generaciones hacia una mayor cooperación sin alimentar viejos prejuicios”.
Una justicia practicada y vivida
Desde primeras horas de la mañana, afortunadamente soleada y no excesivamente tórrida, una abigarrada multitud esperaba la llegada del Santo Padre. El servicio de orden ha funcionado bien (gracias a la colaboración de centenares de voluntarios) y las fuerzas de seguridad controlaban el flujo de peregrinos sin que se registrara ningún incidente de importancia (pudimos presenciar una única detención).
Bergoglio fue acogido con la emoción comprensible de quien había llegado desde remotos rincones de Bosnia-Herzegovina y había aguantado varias horas de espera. La liturgia prevista en el estado Kosevo era una misa votiva por la paz y la justicia, tema evocado ya por el profeta Isaías, quien afirma que “la paz es fruto de la justicia”. Frase que inspiró la homilia papal.
En ella, Francisco recalcó que “tampoco aquí se trata de una justicia declamada, teorizada, planificada… sino de una justicia practicada, vivida. El Nuevo Testamento nos enseña que el pleno cumplimiento de la justicia es amar al prójimo como a uno mismo”.
El Papa habló en italiano, pero sus palabras eran traducidas al croata, lo cual restaba intensidad a su discurso. La multitud le aplaudió cuando invocó un deseo colectivo de todos los que habitan este país balcánico: “¡Nunca más la guerra!”.
El resto del programa para hoy
Por la tarde están previstos tres momento importantes: un encuentro con las fuerzas vivas de la Iglesia católica en la Catedral, un encuentro fraterno con los líderes de las Iglesias y confesiones cristianas así como de las otras religiones, y como conclusión un acto al que están invitados centenares de jóvenes.
Está previsto el regreso a Roma a primeras horas de la noche.
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