Frenazo a las inmatriculaciones de bienes

familia de visita en el interior de la catedral de Jaén

“La Iglesia no se quejará de la nueva ley hipotecaria”, según Giménez Barriocanal

familia de visita en el interior de la catedral de Jaén

RUBÉN CRUZ | El pleno del Senado aprobó el miércoles 27 de mayo el proyecto de ley hipotecaria que impide las inmatriculaciones de la Iglesia católica en el Registro de la Propiedad, es decir, las inscripciones a su nombre por vez primera. La norma sigue ahora su trámite parlamentario en el Congreso de los Diputados y se prevé que, en dos meses, se apruebe, poniendo así coto a las inmatriculaciones que las diferentes diócesis llevaban haciendo desde 1998 de bienes que, por razones históricas y de conservación, habían inscrito a su nombre tal y como permite la actual legislación.

La norma que aprobarán los diputados en los próximos meses recoge una vacatio legis –período que transcurre desde la publicación de la norma hasta que entra en vigor– de un año para todos los puntos, excepto para el que afecta a la institución eclesial. Pese a que el proyecto incluía la carencia para todos los puntos, el propio Partido Popular realizó una enmienda para despojar a la Iglesia de este derecho, al considerar un año un tiempo “excesivo”, como ya había apuntado el PSOE.

“Nos parece llamativo que se incluya una carencia en todos los puntos menos en el que nos afecta, pero es algo que se nos comunicó hace algunos meses y respetamos la decisión del legislativo”, señala a Vida Nueva Fernando Giménez Barriocanal, vicesecretario general de Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal Española (CEE).

La realidad es que muchos bienes de la Iglesia tienen más siglos que el propio Registro de la Propiedad. “Algunos se han registrado desde el primer momento, otros después y, ahora, por prudencia, se están haciendo algunos registros más”, explica Barriocanal. En concreto, según los registradores, la Iglesia ha inscrito 4.500 bienes a su nombre.

Pero quedarán muchos sin registrar una vez entre la norma en vigor. “Me preocupa que la típica ermita de toda la vida, que no está registrada, pase mañana a ser parte de un ayuntamiento, que sí puede, por ley, seguir inmatriculando a su nombre”, señala el vicesecretario.

La Cámara Alta ha rechazado todas las enmiendas de la oposición. El Grupo Mixto pedía que las inmatriculaciones de la Iglesia se consideren nulas con carácter retroactivo desde la entrada en vigor de la Constitución. Sin embargo, el senador popular Jorge Ibarrondo explicó que “no se pueden socavar derechos ya adquiridos con anterioridad”. En palabras de Luis Javier Arrieta, profesor de Derecho Civil de la Universidad de Navarra: “No es cierto que la inmatriculación suponga que la Iglesia se apropia de un inmueble. En un Estado de Derecho, cuando alguien sostiene que un inmueble es suyo y no de quien aparece en el Registro de la Propiedad como propietario, debe demandar. Y así se ha hecho en ocasiones”.

Sin ‘vacatio legis’

Pese a que los populares no han querido dar un vacatio legis a la Iglesia, desde la Conferencia Episcopal Española no se considera injusta la ley. “Se estableció un período transitorio en 1998 y la Iglesia no va a dar ninguna queja al respecto”, apunta Barriocanal.

Los obispos llevan un año tratando de gestionar sus bienes de la mejor manera posible, al saber que el período transitorio iba a finalizar pronto, y a partir de que la ley hipotecaria se publique en el Boletín Oficial del Estado, podrán inscribir sus propiedades con el sistema que siguen todos los ciudadanos. Es decir, la tramitación de un expediente de dominio ante el juzgado demostrando su posesión continuada en el tiempo a título de dueño.

“No estamos obsesionados por poseer”

Las diócesis españolas han inmatriculado gran parte de los bienes que les pertenecen y que han conservado durante años. Es el caso de la Archidiócesis de Zaragoza, que antes de 2005, mientras Elías Yanes era su arzobispo, inscribió en el registro todas las iglesias y ermitas que conservaba.

Por su parte, el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, también ha declarado que el arzobispado andaluz ya ha inmatriculado “templos, monasterios y todo tipo de edificios y bienes que hemos considerado que eran nuestros, al estar en manos de la Iglesia desde tiempos inmemoriales”.

Asimismo, apuntó que no tienen ninguna obsesión por poseer. De hecho, “hemos dado marcha atrás en los casos en los que hemos intentado inmatricular a nuestro favor espacios que no nos correspondían”. En este caso, su antecesor, el cardenal Carlos Amigo, realizó el 75% de las inscripciones y él se ha encargado de realizar el resto.

En el nº 2.944 de Vida Nueva

 

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