Teresa de Calcuta podría ser canonizada el 4 de septiembre de 2016

grupo personas con un cuadro en el que aparece Teresa de Calcuta

Una santa universal para el Jubileo de la Misericordia

grupo personas con un cuadro en el que aparece Teresa de Calcuta

DARÍO MENOR (ROMA) | El domingo 4 de septiembre de 2016, la plaza de San Pedro del Vaticano podría volver a convertirse en el ágora del mundo católico. La Santa Sede baraja esa fecha para celebrar una de las ceremonias más esperadas por los fieles: la canonización de la Madre Teresa de Calcuta, cuya beatificación en el año 2003 por san Juan Pablo II congregó a más de 400.000 personas en Roma.

La noticia de la próxima santificación la dieron el martes 19 de mayo los principales diarios italianos, haciéndose eco de una reunión mantenida entre las autoridades civiles que están trabajando en los aspectos prácticos del Jubileo de la Misericordia y el arzobispo italiano Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización y encargado de organizar este evento convocado por el papa Francisco.

Sorprendido por la noticia, el portavoz vaticano, el jesuita Federico Lombardi, se vio obligado a comentar que se trataba solo de una “hipótesis de trabajo”, por lo que no podía confirmar oficialmente que la canonización vaya a celebrarse ni que la ceremonia tenga lugar en la fecha señalada. “La causa de la Madre Teresa está todavía abierta”, recordó Lombardi. “Es por tanto prematuro hablar de un día establecido ya para la canonización”.

Más allá de la fecha en la que se celebre la ceremonia, la principal incógnita que subyace en la eventual canonización de la religiosa de origen albanés es si se certificará o no la existencia de un milagro que la convierta en santa.

En los dos años que lleva de pontificado, Jorge Margio Bergoglio ya ha echado mano en varias ocasiones de su autoridad como obispo de Roma para eximir a algunos procesos de la necesidad de que exista una sanación inexplicable para la ciencia por medio de la intercesión del nuevo santo. El caso más llamativo fue el de Juan XXIII, canonizado junto a Juan Pablo II el 27 de abril de 2014. Otros ejemplos similares han sido el del jesuita canario san José de Anchieta, conocido como el “apóstol de Brasil”, o el del franciscano mallorquín Junípero Serra, a quien llaman el “apóstol de California”. A Serra lo canonizará Francisco el próximo 24 de septiembre durante su viaje a Estados Unidos.

El cardenal portugués José Saraiva Martins, prefecto emérito de la Congregación para las Causas de los Santos, explica que, cuando un obispo de Roma decide que no hace falta un segundo milagro para canonizar a un beato, no está haciendo nada irregular. “La cosa está muy clara. Según las normas actuales, hace falta un milagro para la beatificación y otro milagro para la canonización. Es también verdad que estas normas jurídicas no son de derecho divino, sino eclesiástico, por lo que el Papa puede dispensar de su cumplimiento si lo considera oportuno en algunos casos. No se trata de ninguna infracción de una norma existente dentro de la vida de la Iglesia”, asegura Saraiva.

Para que la Madre Teresa fuese declarada beata se tuvo en cuenta un milagro atribuido a su intercesión. Fue la curación inexplicable de Mónica Besra, una mujer india que sufría un cáncer de ovarios por el que los médicos la habían desahuciado. Entre los casos en que ha trabajado en los últimos años el postulador de la causa de canonización, el sacerdote canadiense Brian Kolodiejchuk, destaca el de un sacerdote salesiano indio que padecía un cálculo renal de grandes dimensiones. Se curó de él supuestamente gracias a las oraciones que él y sus allegados hicieron a esta celebérrima religiosa galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 1979.

Traslado a Roma del padre Pío

Si finalmente la ceremonia con la que Francisco eleva a la gloria máxima de los altares a la fundadora de las Misioneras de la Caridad tiene lugar en el primer domingo de septiembre del año que viene, se convertiría en uno de los grandes eventos del Jubileo de la Misericordia. No sería el único.

Otra de las sorpresas que tiene entre manos Fisichella es el traslado temporal a Roma de las reliquias de san Pío de Pietralcina, el fraile capuchino cuyos restos se veneran ahora en San Giovanni Rotondo, una pequeña localidad de la región meridional italiana de Puglia convertida en una meta del turismo religioso internacional. Cada año la visitan ocho millones de personas, una cifra más alta que la del santuario de Nuestra Señora de Lourdes y que solo supera el Vaticano entre los lugares de culto católico.

Junto a san Juan Pablo II, el padre Pío es otro de los iconos de la religiosidad popular contemporánea en la que la Madre Teresa también ocupa un lugar destacado.

En el nº 2.942 de Vida Nueva

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