Adolfo Pérez Esquivel: “El papa Francisco ayuda a desarmar las conciencias armadas”

el papa Francisco recibe a Adolfo Pérez Esquivel junio 2013

Premio Nobel de la Paz

Adolfo Pérez Esquivel, activista argentino de los Derechos Humanos, Premio Nobel de la Paz en 1980

Entrevista con Adolfo Pérez Esquivel [extracto]

DARÍO MENOR (ROMA) | Es lunes 11 de mayo. Un día después de mantener una significativa audiencia con el presidente cubano, Raúl Castro, el papa Francisco recibe en el Vaticano a un viejo amigo y compatriota, el activista Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz en 1980 por su labor contra las dictaduras militares en América Latina. Pérez Esquivel, que ya aclaró en el pasado que Jorge Mario Bergoglio fue víctima del régimen del general Videla y no cómplice, celebra la inminente beatificación en El Salvador de monseñor Óscar Romero, quien le escribió, poco antes de morir, una carta en la que le agradecía su amistad y colaboración.

También se congratula por la labor de mediación de Francisco entre Estados Unidos y Cuba y por que la Santa Sede reconozca al Estado palestino. Ve lo mucho que está haciendo en tan poco tiempo su compatriota: “El Papa ayuda a desarmar las conciencias armadas. Toda esta violencia que hoy estamos viviendo tiene que ver con lo que cada uno tenemos dentro”.

PREGUNTA.- ¿De qué habló con el papa Francisco en su encuentro?

RESPUESTA.- Fue una gran alegría volver a encontrarnos. Le vi muy bien, muy alegre y atento a todas las cosas. Hablamos primero de la beatificación de monseñor Romero. Me recordó que, en la primera reunión que tuvimos tras ser designado pontífice, charlamos sobre la necesidad de beatificarle no solo para El Salvador, sino para toda América Latina y para toda la Iglesia. Hay que reconocer a nuestros mártires y a los profetas de nuestro tiempo. Ahora esto se logró: el 23 de mayo se le beatifica en El Salvador. Es algo muy importante para la Iglesia en general y, particularmente, para la Iglesia latinoamericana. También hablamos del genocidio armenio. Yo soy miembro del Tribunal Permanente de los Pueblos, y le entregué la información de este tribunal del año 1984 sobre el genocidio armenio, que coincide con la decisión de Francisco de reconocer el genocidio. Después hablamos sobre la situación argentina y sobre el problema de los pueblos originarios y el daño que se está haciendo a la madre naturaleza. Estos pueblos están siendo expulsados de su territorio para entregar las tierras a las transnacionales, para explotarlas con la minería o con plantaciones de soja. Están contaminándolas. Los pueblos originarios pierden así su identidad y sus valores.

el papa Francisco recibe a Adolfo Pérez Esquivel junio 2013

Francisco con Adolfo Pérez Esquivel en junio de 2013

P.- Usted conocía a Romero. ¿Qué recuerdos tiene de él?

R.- Hay un hecho sobre Romero que traté con el Papa. Dos días antes de que lo mataran, el 24 de marzo de 1980, yo me había comunicado con él desde Barcelona porque tenía que viajar a El Salvador para vernos. No pudo ser porque lo asesinaron. En el momento en que le mataron, yo tenía conmigo una carta que me había mandado un mes antes. Al Papa le entregué una copia de esa carta, fechada el 13 de febrero de 1980. Es una carta muy afectuosa que me escribe Romero.

P.- ¿Qué le decía en aquella misiva?

R.- Yo le conocí en El Salvador, en el Seminario de San José de la Montaña. Veníamos acompañando todo su trabajo con las comunidades, y también su voz profética frente a los ataques, los asesinatos y las violaciones de los derechos humanos de la dictadura militar. Él hizo un agradecimiento por todo el acompañamiento, la solidaridad y la amistad nuestra en aquella carta. Cuando se la di al Papa, me dijo que se la quedaba y que le interesaba mucho.

P.- ¿Habló con Francisco de la encíclica sobre la ecología, cuya publicación se espera en las próximas semanas?

R.- Sí, hablamos sobre el medio ambiente, lógicamente. Me dijo que la encíclica prácticamente estaba ya. Están esperando las traducciones, pues el Papa entregó todo en febrero. No me dijo la fecha exacta en que será publicada, pero tratan de que las traducciones se aceleren en lo posible. El otro tema que hablamos fue sobre África, sobre los genocidios en Ruanda y el Congo. En España presentamos el caso en la Audiencia Nacional de Madrid, pero después llegó la decisión del Partido Popular de paralizarlo todo y de no seguir con la justicia universal. En estos momentos estamos con esas dificultades.

El acercamiento a Cuba y el Estado palestino

P.- El día anterior de recibirle a usted, Francisco se vio con el presidente cubano, Raúl Castro…

R.- El Papa me dijo que lo veía como una persona muy pragmática, muy realista, muy decidida, muy operativa. Fue muy buena aquella reunión y esperemos que siga avanzando el acercamiento entre Estados Unidos y Cuba para poder llegar a otra relación. Le dije que no solo afecta a Cuba. Es un cambio muy significativo de Estados Unidos para el resto de América Latina, para entrar en una relación de diálogo y no de imposiciones. Evidentemente, el bloqueo a Cuba durante 53 años es un fracaso total. Lo importante es restablecer relaciones, respetar el derecho, la soberanía y la autodeterminación de los pueblos. En esto, el Papa nos sorprende todos los días con sus decisiones, como ahora con el reconocimiento al Estado palestino. Me parece que son avances muy importantes.

papa Francisco recibe a Adolfo Pérez Esquivel y a los líderes indígenas Félix Díaz y Amanda Asijak junio 2013

Pérez Esquivel presentó al Papa al líder indígena Félix Díaz

P.-¿Cómo valora el reconocimiento del Estado palestino por parte de la Santa Sede?

R.- El pueblo palestino tiene derecho a su existencia, como también lo tiene Israel. Pero prácticamente han transformado Palestina en una cárcel a cielo abierto. Para entrar y salir de ahí hay muchos problemas y mucha persecución. Israel tiene que reconocer al Estado palestino. Lo único que el Papa hizo fue mostrar su preocupación por el conflicto y su deseo de lograr una salida justa. Hizo antes muchas cosas, como invitar el año pasado al Vaticano a Simon Peres, entonces presidente israelí, y a Mahmoud Abbas, presidente palestino, para hacer un acercamiento. Israel tiene que cambiar su política hacia el pueblo palestino, como también lo debe hacer Estados Unidos. Esperemos que las cosas cambien tras tantos años de sufrimiento. El Papa ayuda a desarmar las conciencias armadas. Toda esta violencia que hoy estamos viviendo tiene que ver con lo que cada uno tenemos dentro. Los gobiernos deben desarmar esto. El acercamiento del Papa con Raúl Castro y con Barack Obama fue sumamente positivo: hubo que desarmar las conciencias armadas para lograr un acercamiento entre las partes. Pero hay muchos otros conflictos. El Papa busca abrir una cultura del diálogo, del entendimiento en la diversidad. Creo que va a ser de gran importancia la encíclica sobre el medio ambiente, el respeto a la Madre Tierra, a los pueblos originarios… Hemos de reconocernos como parte de la Tierra y no como dueños, para respetar la Creación.

P.- ¿Qué hablaron sobre Argentina? ¿Trataron la situación política del país con las citas electorales de este año? ¿Afrontaron el caso del asesinato del fiscal Alberto Nisman?

R.- Tratamos el grave problema que hay con los pueblos originarios, la persecución, el racismo y la discriminación que sufren estas personas. Hace dos años trajimos al Vaticano al líder indígena Félix Díaz y a su señora, Amanda Asijak, para una entrevista con el Papa. Hoy protestan porque les están expulsando de sus territorios, les están enjuiciando, como también les ocurre a los mapuches. Le entregué al Santo Padre un informe que me habían dado los mapuches para él, en el que explican la situación que están viviendo. Es muy preocupante.

P.- ¿Cómo valora estos primeros años del pontificado de Francisco? ¿Cómo serán recordados en un futuro?

R.- Francisco es un pastor. Tiene un acercamiento muy grande con el pueblo, hay una gran comunicación. Por eso, en el Vaticano no puede caminarse por ningún lado, por toda la gente que hay. Es increíble lo que ha despertado. La otra cosa que tiene Francisco es que nos sorprende día a día con su actitud, con su acercamiento directo a la gente. Es una persona de diálogo, de apertura, que acompaña no solo a los cristianos. Esa gran apertura la tiene también hacia el ecumenismo. Ya en Argentina trabajaba muchísimo a nivel ecuménico. También, cuando terminaba sus funciones, se iba a ayudar y a apoyar en las favelas, a estar con los pobres, a acompañar solidariamente como un hermano. No decía “pobres los pobres”, sino que mostraba que era un hermano que les acompañaba y estaba con ellos.

En el nº 2.942 de Vida Nueva

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