Juego de equilibrios en Madrid con los nombramientos de Carlos Osoro

El arzobispo renueva la curia con la mirada puesta en la comunión

José Luis Segovia y Carlos Osoro en el Instituto de Pastoral

José Luis Segovia y Carlos Osoro en el Instituto de Pastoral

JOSÉ LORENZO. Foto: SERGIO CUESTA | “Una de cal y otra de arena”. Así resumían en el Arzobispado de Madrid los nombramientos del nuevo equipo curial adoptados por el arzobispo Carlos Osoro, difundidos el 11 de mayo. Con ello se quería decir que los cambios “quedaban equilibrados” con el nombramiento del vicario general –Avelino Revilla, delegado de Enseñanza con el cardenal Rouco–, a la vez que se enviaba “un mensaje de tranquilidad” al presbiterio madrileño tras meses de “muchas tensiones” después de la petición de nombres que solicitó por carta el arzobispo a todos los sacerdotes. “Es un reconocimiento a la herencia recibida”, resumía esta fuente.

Son 17 nombramientos que no conllevan demasiados cambios en las personas, subrayándose que varios salen del Seminario –su rector y tres formadores– para ocupar la vicaría episcopal del Clero y cuatro vicarías territoriales. Las principales novedades –junto con la vicaría general, que no ha dejado indiferente a las fuentes consultadas– vienen de las vicarías de nueva creación.

Se trata de la de Evangelización (a cargo de Carlos Aguilar), Acción Caritativa (Francisco Javier Cuevas) y Pastoral Social e Innovación (José Luis Segovia, director del Instituto Superior de Pastoral de Madrid). Este último nombramiento –que habría cosechado numerosos votos entre los curas– ha causado cierta inquietud en San Dámaso, pues desde la universidad que impulsó Rouco contra viento y marea, algún profesor ve muy clara la preferencia de Osoro por la institución dependiente de la UPSA tras años de ostracismo.

Destacada novedad es, asimismo, la elección del nuevo vicario para la Vida Consagrada. Se trata del jesuita Elías Royón, expresidente de CONFER, un empeño personal del arzobispo de Madrid, quien con su designación ofrece un “gesto” a los consagrados para que, “después de haber sido maltratados durante años, vuelvan a sentirse a gusto en la diócesis”, según señala a Vida Nueva otra fuente que ha seguido muy de cerca las deliberaciones previas a estos nombramientos. Con buenos ojos se ve también el nombramiento del nuevo rector del Seminario, Jesús Vidal.

“Ninguna revolución”

En todo caso, las fuentes consultadas no perciben “ninguna revolución”. “Es verdad que hay un grupo grande de la etapa anterior, pero es que Osoro tampoco quería cambiar a todo el mundo. Se busca la comunión. Hubiera sido una imprudencia llegar a una diócesis como Madrid y ponerla patas arribas tras 20 años de inercias. Las revoluciones se pueden hacer de muchas maneras”.

Lo que algunos sí creen es que, finalmente, no se han tenido en cuenta nombres de sacerdotes muy reconocidos entre el presbiterio. De hecho, aduce otra fuente, una parte de los que ahora estrenan responsabilidad son desconocidos por muchos.

En el nº 2.941 de Vida Nueva.

 

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