Las otras víctimas de la guerra en el Cauca

usofrenteobrero

En medio de la controversia política que se desató después del repudiable asesinato de 11 militares en la vereda La Esperanza del municipio de Buenos Aires, poco se ha oído la voz de los pobladores del Norte del Cauca, región donde ocurrieron los hechos. En un comunicado dado a conocer por Francia Márquez, la líder comunitaria afrodescendiente se pregunta a quién beneficia la guerra en esta parte de Colombia. Hace algunos meses, tuvo que salir huyendo de su tierra, porque actores armados la declararon objetivo militar por oponerse a la minería ilegal y a toda forma de destrucción del territorio. No solo la guerrilla y el ejército se hacen presentes en la región, también agrupaciones  paramilitares. Ahora que se reanudan los bombardeos, Francia se pregunta: “¿Cómo hacemos para parar la guerra? ¿Qué más tenemos que padecer? ¿Cómo estará la gente que vive en la zona alta del municipio de Suárez y de Buenos Aires?”. Justamente, en Suárez fueron asesinados recientemente cinco indígenas. Su muerte –que coincidió en tiempo con el deceso de los militares– no tuvo el impacto mediático del ataque en La Esperanza. Según explica la plataforma digital La Silla Vacía, entre un lugar y otro hay apenas unos 50 minutos en carro. En el origen del conflicto hay una problemática de tierras. “No nos vamos a ir de nuestro territorio”, afirman los pobladores nasa. Sus planes de vida están amenazados por la violencia; y, como en otras partes del país, la posibilidad de la paz se enfrenta a la agudización de la guerra.

Monseñor Luis Augusto Castro, Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, ha insistido en la necesidad de continuar con el proceso de negociación que tiene lugar en La Habana. En su opinión, de lo que se trata es de lograr un acuerdo realmente definitivo, “que trace un camino diferente para Colombia y la lleve hacia unas reformas profundas”.

VNC

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