Papa: “En el confesionario estáis para perdonar, ¡no para condenar!”

Francisco ordena a 19 sacerdotes y expone una vez más su modelo de pastor

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ANTONIO PELAYO (ROMA) | En estos tiempos de carestía vocacional (hablamos del mundo occidental, naturalmente), cada ordenación sacerdotal es celebrada con alegría, como signo de esperanza. Esa era la atmósfera en la basílica de San Pedro el domingo 26 de abril al inicio de la misa en el curso de la cual Francisco ordenó sacerdotes a 19 diáconos.

De ellos, 13 procedían de los seminarios diocesanos romanos (nueve del Redemptoris Mater, ligado al Camino Neocatecumenal; tres del Seminario Mayor Romano y otro del Seminario del Divino Amore); y otros seis provenían de diversas congregaciones religiosas. También eran muy diversas sus nacionalidades: Chile, Corea del Sur, Colombia, India, Madagascar, Perú, Croacia o Italia, entre otras. Un dato interesante: el más joven tenía 28 años; vocaciones, pues, todas ellas que antes recibían el apelativo inexacto de “tardías” (la llamada de Dios no está condicionada por la edad y llega siempre a tiempo).

La homilía ofreció a Jorge Mario Bergoglio una ocasión más para exponer algunas de sus ideas sobre las características de la misión sacerdotal. “Sean pastores, no funcionarios. Sean mediadores, no intermediarios”, podría ser la síntesis de su pensamiento. Señalemos otros dos puntos subrayados por el Pontífice a los nuevos presbíteros:

  • “Que vuestras homilías no sean aburridas, que lleguen al corazón de la gente, porque salen de vuestro corazón, porque lo que vosotros les decís es lo que tenéis en el corazón. Así se da la Palabra de Dios y así vuestra doctrina será alegría y sostén para los fieles de Cristo; el perfume de vuestra vida será el testimonio, porque el ejemplo edifica, pero las palabras sin ejemplo son palabras vacías, son ideas que no llegan nunca al corazón e incluso causan daño. ¡No hacen el bien!”.
  • “No se puede nunca rechazar el bautismo a quien lo pide. Con el sacramento de la penitencia perdonaréis los pecados en nombre de Cristo y de la Iglesia. Y yo, en nombre de Jesucristo, el Señor, y de su esposa, la Santa Iglesia, os pido que no os canséis nunca de ser misericordiosos. En el confesionario estáis para perdonar, ¡no para condenar! Imitad al Padre, que no se cansa nunca de perdonar. (…) Conscientes de haber sido escogidos entre los hombres y constituidos en su favor para atender a las cosas de Dios, ejerced con alegría y sincera caridad la obra sacerdotal de Cristo, con la única intención de agradar a Dios y no a vosotros mismos. ¡Qué feo un sacerdote que vive para agradarse a sí mismo y que ‘hace el pavo real’!”.

Con ese instinto que la caracteriza para sorprender, a la hora del Regina Coeli, Francisco se hizo acompañar en la ventana del palacio apostólico por dos de los sacerdotes recién ordenados, “para agradeceros –dijo a los fieles– vuestras oraciones y para saludaros”.

Stella, en Cuba

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El cardenal Stella visitó Cuba

En otro orden de temas, el mismo 22 de abril en que se confirmó que el Papa hará escala en Cuba antes de su visita a los Estados Unidos, en septiembre, llegaba a La Habana el cardenal Beniamino Stella, prefecto de la Congregación para el Clero. Llegaba a un país que conoce bien, puesto que fue nuncio apostólico en él entre 1993 y 1999 y durante su mandato tuvo lugar el viaje de Juan Pablo II a la “perla del Caribe” en 1998. El purpurado italiano, invitado por la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, visitó también otras ciudades relevantes, como Santiago de Cuba y Camagüey, donde mantuvo un cercano encuentro con los sacerdotes diocesanos y los seminaristas.

“La visita del Papa a Cuba –dijo Stella en la catedral de La Habana– será muy bella, porque, donde él va, deja siempre huellas de esperanza y de amor. Cada visita del Papa es un momento importante, de mucha profundidad y de mucha esperanza para los países a los que viaja”. Apenas anunciada la visita de Francisco a Cuba (de la que quedan por definir su duración y programa), ya ha suscitado gran interés. El ministro cubano de Asuntos Exteriores, Bruno Rodríguez, aseguró que “será memorable. Recibirá la más cálida acogida del pueblo cubano; como todos los latinoamericanos, nos sentimos muy orgullosos de tener un papa oriundo de nuestro continente y alabamos su prédica para erradicar la pobreza en el mundo”.

Por otro lado, no es la primera vez que el Vaticano tiene que responder de alguna manera a las noticias sobre posibles atentados terroristas en su territorio contra la vida del Pontífice o de las personas que acuden a su encuentro. En los últimos días, la policía italiana ha detenido en Cagliari a los componentes de una célula afiliada a Al Qaeda. En la documentación confiscada se encontraban diversos planos del Vaticano y un no muy específico plan de ataque contra el Papa que llevaría a cabo un kamikaze. Pero estamos hablando de 2010, cuando el pontífice era Joseph Ratzinger… “La hipótesis de atentado –comentó el portavoz vaticano, Federico Lombardi– se remonta a 2010. No es un hecho que suscite preocupación especial”.

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Diversos cuerpos velan por la seguridad vaticana

Más concreto se ha mostrado el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, quien ha declarado que “todos estamos expuestos a esas realidades. Todos tienen miedo. Pero el Papa, sobre este punto, está muy tranquilo. No hay más que ver cómo se encuentra con las personas; se mueve con gran libertad y afronta esas situaciones con mucha lucidez y serenidad”. El mismo Parolin lo vive con idéntica serenidad: “El mayor temor, si llegase a suceder una cosa semejante, es que puedan verse comprometidas personas inocentes, pero no me parece percibir en el Vaticano una preocupación exagerada”.

El cardenal, sin duda, conoce que los dispositivos de seguridad se han reforzado en toda Italia y de modo especial en Roma; por supuesto, un punto de vigilancia especial es la Ciudad del Vaticano. De ella se ocupan los 110 miembros de la Guardia Suiza, que cuenta desde las primeras semanas de febrero con un nuevo comandante, Christoph Graf. Al respecto, este declaró recientemente: “Estamos listos para intervenir y defender al Papa del Estado Islámico; tenemos la difícil tarea de garantizar su seguridad”.

Lo mismo puede decirse de los gendarmes vaticanos, al mando de Domenico Gianni, cuerpo policial que está en contacto con las redes antiterroristas de otros países a través de Interpol. Es un cuerpo menos “vistoso” que los suizos, pero tal vez más eficaz. Por otra parte, son los que están más directamente relacionados con las fuerzas italianas que se ocupan de garantizar al Vaticano su seguridad; la cifra estimada de agentes destinados a proteger el pequeño estado es de unos 150. Por supuesto, durante las concentraciones más masivas intervienen agentes de los servicios especiales.

Embajada colombiana

Desde el jueves 25 de abril, la República de Colombia tiene un nuevo embajador ante la Santa Sede en la persona de Guillermo León Escobar. Nuevo hasta cierto punto, puesto que ya desempeñó dicho cargo entre 1998 y 2007. Es un hombre con una sólida preparación, ya que ha sido profesor de Filosofía, Sociología, Teología y Derecho Canónico en diversas universidades, incluida la Gregoriana de Roma; igualmente, fue nombrado consultor de diversos pontificios consejos y asesor de la Conferencia Episcopal Colombiana.

Curiosamente, desde su marcha se han sucedido con cierta rapidez en la embajada colombiana personalidades muy diversas: Juan Gómez Martínez (2007-2010), César Mauricio Velásquez (2010-2012) y Germán Gutiérrez Cardona (2012-2015).

En el nº 2.939 de Vida Nueva

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