Mujeres teólogas: “Habría que recuperar los ministerios”

Nueva edición de los ‘Encuentros VN’

Encuentros VN con mujeres teólogas

JESÚS SÁNCHEZ CAMACHO. Fotos: SERGIO CUESTA | Tarde en el CES Don Bosco. Concluida la jornada, un grupo de alumnos franquea la puerta del centro universitario. La primavera sintoniza con la última clase de Eclesiología en la que los estudiantes han rememorado un tiempo rejuvenecedor para la Iglesia: el Vaticano II. Se cruzan con tres teólogas que avanzan con caminar esperanzado. En el hall les espera Mª José Arenal Jorquera, salesiana y directora adjunta del centro. Ella conoce el pausado pero fructuoso sendero de la conquista de los derechos de la mujer.

Da la bienvenida a Carmen Soto Varela, Silvia Martínez Cano y Carmen Picó Guzmán con el deseo de que se sientan como en su hogar. De un modo virtual, Adelaide Baracco también se prepara, desde Barcelona, para estar presente en esta nueva edición de los ‘Encuentros Vida Nueva’, al hilo de la presentación en Madrid de Donne Chiesa Mondo, con representantes de la Asociación de Teólogas Españolas para abordar los constantes guiños del papa Francisco sobre el papel de la mujer en la Iglesia.

PREGUNTA.- Del 4 al 7 de febrero, el Consejo Pontificio de la Cultura celebró una asamblea donde se debatió el rol de la mujer. Si las hubieran llamado para asistir, ¿qué propuestas habrían llevado a Roma?

CARMEN SOTO (CS).- Cuando vi la convocatoria, mi primer cuestionamiento fue: bien, aquí están las mujeres de la cultura, pero, ¿y las teólogas? El encuentro se presentó como un acercamiento a la realidad de la mujer en la sociedad y en la religión. Nuestro trabajo también toca estos temas. Y, por ello, creo que nuestra reflexión teológica tiene mucho que aportar en las cuestiones antropológicas y de género, especialmente en relación al papel de la mujer en las religiones.

SILVIA MARTÍNEZ (SM).- Asimismo, hay que distinguir dos ámbitos: el eclesial y el teológico. Ambos tienen mucho que decir y es importante que entren en diálogo.

CARMEN PICÓ (CP).- Las mujeres vivimos en la Iglesia bajo una organización que no está pensada para nosotras. Y esto hay que reflexionarlo no solo desde el campo teológico, sino desde la propia actividad parroquial. Quizá habría que recuperar los ministerios. Echo de menos espacios eclesiales que permitan enriquecernos de la experiencia de fe de las mujeres.

ADELAIDE BARACCO (AB).- Me molesta mucho que clérigos debatan sobre el papel de la mujer. Me siento como un conejillo de Indias, como un objeto de estudio. También enfatizaría el tema de los ministerios. Pero el paso no se dará en serio hasta que no lleguemos a ocupar un espacio que tenemos que ganarnos a pulso. Y con el peso que la Iglesia arrastra de una antropología medieval, según la cual la mujer no es imagen de Dios y, así, ontológicamente inferior al varón; este paso va a ser muy lento. Sería cambiar, más que una praxis, un presupuesto cultural y teológico.

P.- ¿Pueden poner encima de la mesa los sueños y deseos que, como mujeres cristianas, guardan en su interior?

CS.- Que nos reconozcan una palabra autorizada en la Iglesia, igual que la del varón.

SM.- Es un sueño para muchas mujeres creyentes ser escuchadas y valoradas por la Iglesia institución, tener una palabra y formar parte de las decisiones de su comunidad y diócesis. Ese es mi deseo también; que la experiencia religiosa de las mujeres creyentes tenga voz propia.

CP.- Que se nos considere sujetos de nuestra propia historia. Ya no somos menores de edad. Le pido al Papa que nos pregunte. Tenemos una voz, una propuesta.

AB.- Tenemos que seguir creyendo, esperando y amando. Seguir creyendo en nuestra dignidad profunda de mujeres, como imagen de Dios que somos; seguir esperando que el Espíritu sople en el corazón y en la mente de nuestros hermanos varones, y que le escuchen; y seguir amando también, desde una actitud crítica, hecha desde el corazón.

Seguir leyendo [solo suscriptores]

En el nº 2.939 de Vida Nueva

Compartir