Maria Inês Vieira: “Es urgente descubrir si la Vida Consagrada continúa valiendo la pena”

Maria Inês Vieira, Presidenta de la Conferencia de Religiosos de Brasil

Presidenta de la Conferencia de Religiosos de Brasil

Maria Inês Vieira, Presidenta de la Conferencia de Religiosos de Brasil

Entrevista con Maria Inês Vieira [extracto]

ÓSCAR ELIZALDE PRADA. FOTO: ROSINHA MARTINS | El Año de la Vida Consagrada ha desatado múltiples experiencias de encuentro, reflexión y compromiso para quienes asumen la vivencia de los consejos evangélicos. La Conferencia de Religiosos de Brasil (CRB) convocó a casi 2.200 religiosas y religiosos del país para profundizar sobre el núcleo de su identidad en perspectiva mistagógica y profética, con ocasión del Congreso Nacional que tuvo lugar en Aparecida, del 7 al 10 de abril. En entrevista con Vida Nueva, su presidenta, la hermana Maria Inês Vieira Ribeiro, de las Mensageiras do Amor Divino, hace balance de los desafíos, las búsquedas y los compromisos que afrontan las religiosas y religiosos de Brasil.

PREGUNTA.- ¿Cómo están respondiendo los religiosos en Brasil a la propuesta del Año de la Vida Consagrada convocado por el papa Francisco?

RESPUESTA.- La invitación del papa Francisco a vivir 2015 como el Año de la Vida Consagrada ha sido acogida con entusiasmo y calidez, de manera seria y significativa en todo el país. En todos los rincones de Brasil se realizaron celebraciones de apertura y se están llevando a cabo innumerables actividades para profundizar en temas referentes para la Vida Religiosa. Fue esto lo que reflexionó el Congreso Nacional de la Vida Consagrada. De hecho, fue un momento oportuno para mirar el pasado con gratitud, el presente con pasión y el futuro con esperanza, en consonancia con los objetivos propuestos por el Papa para este Año.

P.- ¿Cuáles son los grandes desafíos que hoy enfrenta la Vida Consagrada en Brasil?

R.- Los desafíos del mundo actual y de la propia Iglesia también forman parte de la Vida Consagrada. Vivimos un tiempo de fragilidad de los valores y compromisos, y asistimos al debilitamiento de las instituciones. Estamos marcados por el hedonismo y la búsqueda de placeres pasajeros. Estas realidades ponen a la Vida Consagrada en una encrucijada, y además enfrentamos la falta de nuevos seguidores y seguidoras para llevar adelante los bellos carismas de nuestros institutos. El cambio de época nos está exigiendo constante discernimiento, serenidad y alegría, con oídos y ojos bien abiertos a los signos de los tiempos en estas complejas circunstancias.

P.- Ante esta situación, ¿qué respuestas se están dando?

R.- En un tiempo de constantes y rápidos cambios es necesario retomar, a cada paso, la propia identidad. Lo que está en juego, en esta coyuntura actual de la Vida Consagrada, no es solo la supervivencia de la propia vocación o de la congregación, o incluso de la Vida Religiosa institucional; es el grito profético y el proceso mistagógico que estamos llamados a promover, con respecto al sentido de la vida. Estamos pasando por una crisis, y ya hemos hablado demasiado de ella. Lo que es urgente descubrir es si la Vida Consagrada continúa valiendo la pena. El Congreso fue un momento para sumergirse en lo profundo. Una de las preguntas planteadas a los casi 2.200 participantes fue: ¿en la Vida Consagrada usted hace experiencia del Dios de Jesús? Si cada uno responde “sí”, entonces podemos, además de agradecer, asumir actitudes proféticas y dar un paso al frente.

P.- ¿Qué grandes temas deben abordarse para dar pasos hacia el futuro?

R.- Entre las grandes cuestiones que deben profundizarse, están las que fueron asumidas durante el Congreso: el cultivo de la mística, la apertura hacia los nuevos tiempos, la vida en comunión, es decir, vivir como hermanos y hermanas, la opción misionera por los pobres a la que alude la “Iglesia en salida”, los convenios interinstitucionales y la intercongregacionalidad.

P.- ¿Y cuáles son los escenarios o retos que debe afrontar la Vida Religiosa de Brasil?

R.- La Vida Religiosa brasileña está comprometida con la vida. Incluso con los desafíos del envejecimiento y la falta de vocaciones, existen bellísimas experiencias de hermanas y hermanos en medio de los pobres. Un ejemplo es la red Um grito pela vida, que enfrenta la desafiante llaga del tráfico humano, la explotación sexual de menores, la opresión de la mujer, el trabajo esclavo, el trabajo infantil, las periferias y las comunidades más distantes de recibir atención social y religiosa. Donde la vida se encuentra más amenazada, sufrida y oprimida, allí está el lugar de los consagrados y de las consagradas.

En el nº 2.939 de Vida Nueva

 

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