Clausura de la 105ª Asamblea Plenaria de la CEE
VIDA NUEVA | La 105ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE) se clausura hoy viernes 24 de abril, con una peregrinación de los obispos españoles a Ávila, ciudad natal de santa Teresa de Jesús, con motivo de la celebración del V Centenario de su nacimiento. Han viajado 78 prelados, incluidos cinco cardenales, así como el nuncio papal en España. El acto central de la jornada ha sido la Eucaristía que ha tenido lugar en el convento de la Santa. Fruto de esta Plenaria, el lunes 27 se espera que se presente el documento sobre la crisis, Isglesia, servidora de los pobres.
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La peregrinación de los obispos comenzaba por la mañana en el monasterio de la Encarnación, hasta el convento que fue casa natal de Santa Teresa, donde los prelados fueron recibidos por el obispo diocesano, Jesús García Burillo; Emilio Martínez, vicario general de los Carmelitas Descalzos; y el alcalde de la ciudad, Miguel Ángel García Nieto.
Allí, a las 11:30 h., dio comienzo una Eucaristía, presidida por el cardenal Blázquez. El presidente del Episcopado dedicó una extensa homilía a recorrer la biografía, los hitos y las obras de Teresa de Jesús. “Dios nos ha hecho felices con el regalo de Santa Teresa. Su persona, su vida y misión nos ha enriquecido a todos”, y en este sentido, añadió que “las celebraciones del V Centenario son una ocasión para que su memoria, que pervive en la Iglesia y en la humanidad, se reanime, se enardezca y se convierta en gratitud y en docilidad a su insigne magisterio”.
Santa Teresa y los desafíos pastorales
La intercesión de Santa Teresa, siguió el también arzobispo de Valladolid, “nos alienta en nuestra situación, que reclama ante los desafíos pastorales una disponibilidad decidida y alegre para continuar el camino a que ella nos invitó en Alba de Tormes a punto de morir: ‘Es tiempo de caminar’”.
En otro momento, el cardenal recordó que la propia Teresa advirtió del “peligro de la mediocridad. Ha experimentado la insatisfacción profunda, la fatiga, el marasmo, el descontento por su vida indecisa entre la entrega de Dios y la atracción del mundo. Durante un tiempo caminó como entre dos aguas, picoteando, ni estaba sentada a la mesa de Dios ni a la del mundo. Cuando estaba en un lugar ansiaba el otro y viceversa. Estaba cansada porque ‘coqueteaba con la mundanidad espiritual’ (Papa Francisco en la Misa Crismal). Vivió un tiempo sin hallar el eje de su vida ni el centro unificador”.
Esta “vida desganada, cansina, desmotivada, mediocre, sin pasión por Dios y por el Evangelio deja el corazón triste y vacío –alertaba Blázquez–. Ir tirando, matar el tiempo, es desperdiciar la fuerza de la vida, produce pena y compasión”. “En la experiencia de Teresa, que ella vivió algún tiempo y expresó con claridad, podemos vernos corregidos, identificados y determinados al sí decidido a Dios”.
Fue el encuentro personal con Jesucristo lo que “cambió radicalmente” la vida de Teresa. “Dios la esperaba en una imagen de un Cristo muy llagado que la hizo pasar de la representación al Cristo real. (…) El cambio experimentado por Teresa fue como el amanecer de un tiempo nuevo. Ha cambiado el horizonte de su vida. Pasó del cansancio por no hacer nada a la dedicación incondicional en medio de trabajos, persecuciones, viajes, incertidumbres”.
En el centro, la oración
“La figura de Teresa es poliédrica, ya que desde muchos lados puede ser admirada; pero el centro de su vida y misión es la oración cristiana”, resumió Blázquez hacia el final de su homilía.
Al comienzo de la eucaristía, el vicario general de los carmelitas entregó al presidente del Episcopado una réplica del bastón original de Santa Teresa. Por su parte, el obispo García Burillo recordó la indulgencia plenaria con motivo de este V Centenario, y deseó “que la gracia del Año Jubilar se derrame en nosotros a través de Teresa”.
Después de la misa, los obispos se trasladaban al Seminario, para clausurar la 105ª Asamblea Plenaria, que comenzó el pasado lunes 20. Por la tarde, visitan el monasterio de San José.
Blázquez reivindica el papel de la Iglesia en la sociedad
El cardenal Blázquez también fue el encargado de inaugurar la Asamblea Plenaria de primavera de la CEE el pasado lunes. En palabras de José Lorenzo, redactor jefe de Vida Nueva: “Regreso al futuro. La Iglesia española redescubre la debilidad, se siente a contracorriente, con los sacerdotes y los consagrados viviendo momentos de tribulación y con escaso ardor evangélico, incluso con un ‘olvido de Dios y debilitamiento de la fe’ en las diócesis. Pero, aun así, invita a ponerse en salida, como pide el papa Francisco y, con humildad, pero con determinación profética, reivindica su lugar en medio de la sociedad; no como un contrincante político, sino como una entidad que quiere sumar y ponerse al servicio de todos, creyentes o no. El modelo es aquel que no hace tantas décadas propició la Transición política, fruto, a su vez, de la travesía del desierto que tuvo que vivir la propia Iglesia, aun con sus fracturas y tensiones internas. Este pudiera ser, a grandes líneas, el sentido del discurso inaugural de Ricardo Blazquez…”. [Crónica íntegra de José Lorenzo, solo para suscriptores]
Durante esta semana, los obispos han estado trabajando en el documento Iglesia, servidora de los pobres, que se espera se presente el lunes 27 de abril; un informe sobre Distribución del Clero en España; y el próximo Plan Pastoral de la CEE para 2016-2020.
Además, han hablado sobre el próximo Sínodo de la Familia, que tendrá lugar en Roma el próximo octubre, y del Encuentro Europeo de Jóvenes que se celebrá en Ávila del 5 al 9 de agosto.