Obituario: José María Martin Patino, el vicario de Tarancón

El jesuita falleció el pasado 29 de marzo

José María Martin Patino

JUAN MARÍA LABOA | Aunque, a primera vista, resulte sorprendente, José María Martin Patino inició su vida pública enseñando liturgia en Comillas. Visto desde hoy, no parece que fuera su fuerte, pero la liturgia llevó al cardenal Tarancón a conocerle y valorarle en aquellos días en los que, tras el Concilio, la liturgia se había convertido en la Iglesia en un tema apasionante, aunque conflictivo.

El cardenal fue consciente de que se trataba de una persona decidida, con algunas ideas claras, que no le temía, pero que le era fiel, y tuvo la convicción de que le resultaría un colaborador eficaz como vicario general de la diócesis por su libertad y su capacidad de tomar decisiones. Por otra parte, Patino era muy jesuita pero poco clerical, cualidad que complicó algunas situaciones, pero terminó convirtiéndose en una oleada de frescura en una diócesis clericalmente muy pueblerina y politizada.

Pero él queda en el recuerdo, y en los libros, por su identificación con Tarancón durante la Transición, porque siendo la causa prima en todo momento el cardenal, el pascaliano jesuita fue un hábil urdidor de encuentros. Supo entrar en las mentes desconfiadas de los políticos de todos los colores y su diplomacia del mantel favoreció complicidades que ayudaron a romper inercias y malentendidos. Sin embargo, esto no sirvió para conseguir algún acuerdo importante con Suárez

Creo que con el paso de los años Patino fue identificándose tanto con Tarancón que le resultaba difícil distinguir qué era de uno y qué de otro, problema que no llegará a más ya que ha muerto sin terminar sus memorias.

Fue una pena que, al morir el cardenal, la Fundación Encuentro no mantuviera su inicial proyecto de orientación eclesial. Es verdad que gran parte de los obispos no se fiaban demasiado de él y que el futuro cardenal Sebastián no acabó de ver hacia dónde se dirigía la nueva institución, pero intuyo que el jesuita salmantino no estaba dispuesto a compartir su proyecto con la jerarquía, sin darse cuenta de que en ese momento estaba en juego la orientación de la Iglesia española en función de qué obispos tomasen el mando. Probablemente perdió la Iglesia, pero perdió la Fundación y, especialmente, Patino.

En cualquier caso, Patino (que falleció el 29 de marzo, un día antes de cumplir 90 años), junto a Sebastián, Echarren, Martín Descalzo, Díaz Merchán y algunos más, resultaron importantes en el proceso de transformación de un Iglesia más moderna, más cercana y más autónoma.

En el nº 2.936 de Vida Nueva.

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