Los pecados de Sudán del Sur

El Consejo Ecuménico de las Iglesias denuncia “la frágil situación del país”

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ALBERTO EISMAN (ÁFRICA ORIENTAL) | Bajo el sugerente título ‘Volvamos al Señor y confesemos nuestros pecados’, el Consejo Ecuménico de las Iglesias en Sur Sudán acaba de publicar un mensaje denunciando la frágil situación del país, sumido desde diciembre de 2013 en un sangriento conflicto entre las facciones lideradas por el presidente Salva Kiir y el exvicepresidente Riek Machar, que se ha saldado con miles de muertos y millones de desplazados, y el fracaso de las conversaciones de paz de Addis Abeba.

Este organismo –con representación católica en la persona del arzobispo de Juba, Paolino Lukudu– exhorta a la formación de un gobierno de transición de unidad nacional y recuerda el imperativo moral de “obligar” a los dirigentes, enzarzados desde hace meses en negociaciones estériles, a que firmen un acuerdo más allá de partidos y clanes tribales, pensando en el bienestar de toda la nación.

Si bien las diversas confesiones reafirman en su documento la necesaria imparcialidad eclesial, mantienen la unánime determinación de no ser neutrales ante los asesinatos en masa y las violaciones de derechos fundamentales. “Este es un momento crucial en la vida de nuestra Iglesia y nuestro país, es el momento de que nuestra Iglesia actúe”, sostiene el Consejo Ecuménico, siguiendo la línea mantenida por las Iglesias durante los diferentes períodos de guerra que ha vivido el sur de Sudán (1955-1972 y 1983- 2005), cuyo papel resultó decisivo para alcanzar la paz.

En el nº 2.936 de Vida Nueva.

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