‘Citizenfour’: en libertad vigilada

Fotograma de 'CITIZENFOUR'

J. L. CELADA | Hace apenas un par de años, el joven consultor y analista estadounidense Edward Snowden (Carolina del Norte, 1983) irrumpía en la escena mundial con ciertas revelaciones que acabarían poniendo en jaque al Gobierno de su país y salpicando a otras administraciones. Él era el misterioso remitente –Citizenfour– de los correos electrónicos cifrados que empezó a recibir la periodista y cineasta Laura Poitras, autora de sendos documentales que sembraron sospechas sobre su patriotismo –My Country, My Country (2006), acerca del conflicto de Irak; y The Oath (2010), en torno a Guantánamo y la guerra contra el terrorismo–, hasta el punto de que comenzó a ser vigilada por las autoridades.

Su propia situación personal y los mensajes encriptados de Snowden constituyeron el impulso definitivo para poner en pie el título que cierra esta trilogía, último Óscar al mejor largometraje documental. Según esas confidencias, a las pocas semanas del 11-S y amparándose en la polémica Ley Patriótica, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) emprendieron un espionaje masivo de la población. Con la anuencia de las grandes empresas de telecomunicaciones, que traicionaban así la confianza de sus clientes, asistimos al despertar de lo que no pocos consideran ya “la mayor arma opresiva en la historia de la humanidad”.

Era solo el principio. Poitras se citó con su interlocutor en un hotel de Hong Kong, en junio de 2013. Allí, en presencia de dos reporteros de The Guardian que se prestaron a ir publicando cuanto Snowden les contó durante una semana, grabó con su cámara este encuentro secreto. Aquellas confesiones, que hicieron palidecer al mismísimo Obama, ven ahora la luz a modo de thriller real en Citizenfour, un valioso testimonio que denuncia con argumentos inquietantes (metadatos, drones de vigilancia…) el sacrificio de las libertades civiles en nombre de la seguridad nacional.

El alcance ilimitado de posibilidades que ofrece el universo mediático actual (llamadas, búsquedas, compras, transacciones…) no se corresponde con una seguridad también ilimitada, advierte el protagonista, para quien lo que está verdaderamente en juego es el poder de control del Estado frente a la capacidad de las personas para resistirse a dicho poder. Interesante constatación, aunque a él le haya obligado a solicitar asilo en diversos países ante el peligro que corría su vida.

Las documentos clasificados que se fueron conociendo gracias a su arrojo –traición lo llaman muchos compatriotas– no solo ponen de manifiesto la paranoia global que nos invade, sino las violaciones de la libertad de expresión, que reclama ser protegida con tanto o más empeño que la privacidad. Sin embargo, mientras la política se imponga al derecho, las filtraciones de Snowden nos seguirán produciendo idénticos escalofríos, sonrojo e indignación que esta inédita película concebida por Poitras.

FICHA TÉCNICA

Título original: Citizenfour.

Dirección y guión: Laura Poitras.

Fotografía: Kirsten Johnson, Trevor Paglen, Laura Poitras, Katy Scoggin.

Producción: Mathilde Bonnefoy, Laura Poitras, Dirk Wilutzky.

TESTIMONIOS: Edward Snowden, Glenn Greenwald, William Binney, Jacob Appelbaum, Ewen MacAskill, Jeremy Scahill.

En el nº 2.936 de Vida Nueva

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