Editorial

Cervantes se queda

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EDITORIAL VIDA NUEVA | Con mucha paz, a pesar del “barullo”. Así han vivido las religiosas del Convento de San Ildefonso de las Trinitarias Descalzas de Madrid los últimos meses, cuando decenas de expertos buscaban en el subsuelo los restos de Cervantes.

Ajenas al interés mercantilista subyacente –las autoridades hacían cuentas sobre ingresos turísticos, comparándolo con lo que Shakespeare deja en las arcas británicas–, las religiosas no necesitan de ninguna constatación científica para saber que el autor de El Quijote descansa a su lado, en cumplimiento de su última voluntad.

Y con esa misma convicción, con o sin ADN, afirman que de allí no habrá de salir quien buscó el último amparo al abrigo de la misma orden que lo liberó del cautiverio.

En el nº 2.935 de Vida Nueva

 

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