El prefecto de la Congregación para la Educación Católica visita la Facultad de Teología
El cardenal Grocholewski con el rector Galindo
MARÍA PÉREZ | La Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) celebró este año sus fiestas en honor de Santo Tomás de Aquino, los días 5 y 6 de marzo. Con motivo del 75 aniversario de la restauración de la UPSA, los actos estuvieron presididos por el cardenal Zenon Grocholewski, prefecto de la Congregación para la Educación Católica.
“Quiero darle un fuerte impulso al estudio de la Teología para poder perfeccionar e ir hacia delante. En la Iglesia, quién no va hacia delante, va hacia atrás. Mi presencia espero que sirva para dar fuerza y presencia a la Iglesia en la universidad y las escuelas católicas”, aseguró el cardenal, quien, según informa la UPSA, presidió una Eucaristía junto al obispo de Salamanca y Gran Canciller de la Universidad, Carlos López; el obispo de Urgell y presidente de la comisión Episcopal de Seminarios y Universidades, Joan-Enric Vives; los obispos de Plasencia, Ciudad Rodrigo y el auxiliar de Oviedo, Amadeo Rodríguez Magro, Raúl Berzosa y Juan Antonio Menéndez Fernández; así como el rector de la UPSA, Ángel Galindo, y el decano de la Facultad de Teología, Jacinto Núñez.
Posteriormente, impartió una conferencia sobre Fascinaciones y riesgos de la Teología, apoyándose en la Evangelii gaudium de Francisco. “Quienes se dedican a la Teología, pueden dejarse fascinar no siempre por el bien, sino por los cantos de sirena de los nuevos gnosticismos o de los nuevos pelagianismos, olvidando que la fe es un don que Dios da a todos”, afirmó.
“Además de fascinaciones, se puede incurrir en riesgos o peligros: dedicarse a la Teología por afán de notoriedad, prestigio o ambición”, añadió.
Sobre a la polémica por el currículo de la asignatura de Religión, afirnó: “Me parece extraño que en España exista este problema con la educación católica. Hay países más liberales, como Bélgica y Holanda, donde estas escuelas son pagadas por el Estado. Hay que respetar el derecho de los ciudadanos a escoger su propia educación”.
En el nº 2.934 de Vida Nueva
