Un auténtico albergue sobre las aguas del Sena

La Orden de Malta apoya en París la obra de un barco donde viven 50 personas sin hogar

barco albergue Fleuron Saint Jean de la Orden de Malta en el río Sena en París

Texto y fotos: BLANCA RUIZ ANTÓN | El Sena divide con tranquilidad majestuosa París. Bajo sus elegantes puentes navegan pequeñas embarcaciones que pasean a turistas y curiosos, deseosos de ver una perspectiva nueva de la Ciudad de la Luz. Sin embargo, en este emblemático río también hay cabida para quienes más lo necesitan. Se llama Fleuron Saint Jean y es un barco en donde viven 50 personas sin hogar con sus mascotas.

En el embarcadero número 20 del muelle de Port Javel Bas, en París, ondea la bandera de la Orden de Malta. Allí, entre barcos con restaurantes llenos de turistas, atraca el Fleuron Saint Jean, donde el calor y la acogida siempre están presentes. Las historias que han traído a sus 50 pasajeros a cruzar la pasarela de esta peculiar embarcación son muy variadas, pero con las tristes notas comunes de la soledad.

Monique Lauthier es la capitana de la embarcación, y lucha contra viento y marea para ayudar a quienes lo necesitan, en estrecha colaboración con la Orden de Malta, la ONG 30 Millions d’Amies (dedicada al cuidado de animales) y los servicios sociales galos.

La acción en este barco-albergue comenzó en 1998 gracias al empeño de Monique, decidida a dar cobijo a los necesitados de París. Buscando un lugar en el que alojarlos, dio con esta embarcación, que remodeló para convertirla en un albergue.

El día comienza temprano en el Fleuron Saint Jean, que se cierra de ocho de la mañana a seis de la tarde. Sus pasajeros deben abandonar la embarcación, explica Monique: “Algunos tienen trabajo y otros van a albergues de día, ya que la Orden de Malta no tiene capacidad para ocuparse de ellos durante la jornada”.

Con dos euros al día

Según el INSEE (siglas en francés del Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos), en 2013 en Francia había 8.700.000 personas en condiciones de necesidad. Un número que aumenta cada año en miles y que hoy representa al 14,3% de población de la quinta potencia económica mundial.

Vivir bajo el umbral de la pobreza en Francia significa percibir 977 euros de media de ingreso mensual. Tras pagar el alquiler en una de las ciudades más caras de Europa, el agua, el gas y el transporte, quedan menos de 100 euros (o dos euros al día) que estirar para llegar a final de mes, algo que rara vez se consigue. Y todavía hay miles de personas que no llegan a ese mínimo de ingreso mensual. Se estima que, tan solo en París, hay más de 30.000 personas sin techo.

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En el nº 2.933 de Vida Nueva

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