Coordinadora del suplemento femenino de L’Osservatore Romano
LUCETTA SCARAFFIA (COORDINADORA DE ‘DONNE CHIESA MONDO’) | Dar voz a las mujeres, para saber lo que piensan, lo que hacen, lo que han pensado y hecho en los dos mil años de historia de la Iglesia: este es el propósito de este suplemento mensual dedicado a las mujeres de todo el mundo, especialmente en su relación con la Iglesia.
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En estos tres años de vida ha sido un instrumento útil para la información, reflexión y contacto gracias a los reportajes sobre la vida y la condición femenina, con especial atención a los temas más “calientes”: todo lo relacionado con la procreación, el acceso a la cultura y la emancipación. ¡Hay tantas noticias interesantes que no se dan por los otros medios de comunicación y que deben difundirse para proporcionar un mayor concienciación sobre la situación de las mujeres en la actualidad!
La primera página del suplemento se dedica siempre a mujeres que juegan un papel interesante y, por tanto, importante en la Iglesia, y de las que a menudo no se sabe, o se sabe muy poco. Su contribución, ya sean religiosas o laicas, es cada vez más amplia y significativa –basta pensar que las mujeres consagradas en nuestro mundo son cerca de 740.000, en comparación con los hombres, pues entre religiosos y sacerdotes suman alrededor de 460.000–, pero a menudo permanece oculta.
En cada número de Donne Chiesa Mondo hay un espacio para la espiritualidad de la mujer, una investigación sobre temas relacionados con las mujeres y la Vida Religiosa, la propuesta de una novela, un ensayo y una película interesante para comprender mejor los problemas de las mujeres, aunque no siempre están relacionados con la religión.
Desde 2014 hemos añadido una sección de teología. Durante el primer año, diseñada para responder a la petición de Francisco de profundizar en la teología de la mujer; en 2015, centrada en explorar el tema de la familia, con vistas al próximo Sínodo de octubre. La respuesta de las mujeres –religiosas y seglares– a nuestra propuesta ha sido buena: muchas nos han escrito para expresarnos su satisfacción, agradecidas porque, finalmente, se les ha dado voz, y colaborando en la difusión del suplemento, apoyando así nuestro trabajo.
Muchas nos han ofrecido textos o sugerencias para artículos, a menudo de gran interés. Nuestro trabajo se está convirtiendo cada vez más – y por tanto– en una tarea colectiva para descubrir este universo desconocido que es la presencia de la mujer en la Iglesia.
En el nº 2.933 de Vida Nueva
