Propiciar la participación de una delegación colombiana en la Jornada Mundial de la Juventud es una de las acciones que lidera el Departamento
Este año presenta nuevos desafíos al Departamento del Estado Laical de la Conferencia Episcopal de Colombia. Queremos fortalecer los escenarios de comunión para que de manera colegiada se puedan discernir los signos de los tiempos, promoviendo el diálogo permanente con la cultura de la verdad, de la vida y del amor. Así podremos impulsar el desarrollo humano integral, la justicia y la paz.
El laico es el que da testimonio de fraternidad y de comunión, impactando en cada una de las realidades de la vida social y transformándola desde su carisma. Descubre desde la vida de Iglesia, en el seno de su familia y de su parroquia, que es protagonista de unidad y solidaridad. La familia y la parroquia se convierten para él en la oportunidad para vivir la comunión, para entrar en relación con sus dones, al servicio del bien común.
Acompañando los diversos procesos de la vida, nuestro departamento promueve la pastoral de la primera infancia y de la infancia; de la adolescencia y juventud; de movimientos laicales y del adulto mayor. Cada etapa de la vida requiere con urgencia ser acompañada.
Juventud y gozo
Específicamente en lo asociado a la pastoral juvenil estamos adelantando la preparación de un V Congreso Nacional. Se ha hecho un buen camino con los jóvenes, desde la Conferencia Episcopal. Los coordinadores regionales y diocesanos dan lo mejor por la vida en abundancia. Un equipo de apoyo hace memoria actualmente de los frutos logrados hasta el momento para continuar el proceso de revitalización. Por este motivo, actualizando la realidad, estamos impulsados a fortalecer la comunión en cada una de las regiones, así daremos respuesta a las necesidades urgentes de nuestros jóvenes en el mundo de hoy.
En revisión del camino recorrido, constatamos que las realidades son diversas en cada región. Las líneas de acción para cada una deben ser distintas. Así aprovecharemos la riqueza que conlleva la diversidad cultural de nuestro país. Es una convicción: si queremos fortalecer nuestro plan nacional de pastoral juvenil es necesaria la comunión regional. Recientemente, durante un encuentro con el equipo de apoyo vimos la necesidad de ir a las periferias, como dice el papa Francisco. No contentarnos con los mismos 50 o 100 jóvenes que llegan a la parroquia. ¿Qué estamos haciendo por los demás jóvenes, para que conociendo a Cristo puedan tener también el gozo verdadero y la vida en abundancia que Él nos da?
Por otra parte, nos preparamos desde ya para la Jornada Mundial de la Juventud. Por estos días, jóvenes de distintas partes nos han comunicado su deseo de participar en una experiencia que permite vivir la comunión eclesial y fortalecer el llamado a ser discípulos misioneros. Queremos que este encuentro se prepare desde ahora, por medio de catequesis; que les ayude a entrar en camino de fe, esperanza y caridad, para que puedan sentir que la misión no se lleva a cabo solamente durante la peregrinación a Cracovia, sino que debe vivirse desde ahora, en su historia y en el lugar donde les ha correspondido ser semilla de esperanza. Queremos que sea un proceso.
Laicado y ancianidad
Durante este año nos importa también la animación, la creación y el fortalecimiento de asociaciones laicales. Nos hemos propuesto actualizar la base de datos y ofrecer retiros espiritualidades, también en perspectiva de comunión.
Por otra parte, continuaremos en la tarea de hacer que nuestros adultos mayores dejen de sentirse invisibles. Su sabiduría es fuente de vida para las generaciones jóvenes, estas requieren su experiencia de vida para descubrir el gozo de las cosas sencillas, de la fe, de la perseverancia, del sacrificio, de la solidaridad y del respeto. Para lograr el milagro de la comunión se necesita el concurso de todos.
P. Willinton Torres. Depto. Estado Laical CEC
Foto: Central De Juventudes, VNE
