Iglesias acompañan a familiares de normalistas desaparecidos

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Ecumenismo mejicano al servicio de la justicia

El pasado 26 de enero, más de un centenar de religiosas, religiosos, seminaristas, sacerdotes y fieles de las Iglesias católica, anglicana y evangélica, acompañaron la movilización de los padres y familiares de los normalistas de Ayotzinapa desaparecidos hace cuatro meses, en su búsqueda de justicia.

Convocados por el colectivo Comunidades para la justicia y la paz (COJUPAZ) y por Iglesias por la paz, que reúne a miembros de distintas confesiones cristianas, los participantes realizaron una celebración ecuménica en la Estela de luz (que estos colectivos han rebautizado como “Estela de paz”), donde, iluminados por textos sagrados y el espíritu de los signos de los tiempos, oraron por los jóvenes normalistas secuestrados y pidieron fortaleza para los padres y familiares para que no desfallezcan en su búsqueda.

Delante de la Estela de Luz-Estela de Paz, los convocantes colocaron sobre el piso los retratos de los 43 normalistas, veladoras y pancartas demandando justicia para los estudiantes secuestrados y por los 20 mil más desaparecidos en el país.

Denuncia profética

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Durante la celebración ecuménica se hizo una fuerte denuncia de la estrategia que ha asumido el Gobierno, en sus tres niveles, en complicidad con los grandes medios de comunicación, de apostarle al olvido para desgastar las exigencias de justicia, que evite que esta situación pase a engrosar la larga lista de impunidad en el país.

“Estamos aquí con una doble función: vamos a pedirle a Dios con fe para que presenten con vida a los desaparecidos, pero también porque la Palabra de Dios no dice que debemos denunciar las injusticias y demandar a las autoridades a que respondan a los reclamos de los familiares de las víctimas, porque Dios es un Dios de justicia”; leyó uno de los participantes al acto religioso.

“Los familiares de las víctimas han acudido una y otra vez para exigir justicia y para que aparezcan con vida sus hijos desaparecidos. No sucede nada, por eso también levantan su voz a Dios, porque Él les da la fuerza para denunciar y demandar a las autoridades a que hagan su trabajo de investigación y aparezcan con vida los 43 desaparecidos y justicia para los 6 asesinados y los heridos de los trágicos hechos de septiembre pasado”, señalaron los religiosos.

En la parte reflexiva de la celebración participaron tres familiares de los normalistas desaparecidos, quienes hablaron del dolor permanente que ha significado este lamentable hecho; además siguieron llamando a la sociedad civil, y en este caso las organizaciones religiosas, para que sigan acompañando sus demandas: la aparición de los jóvenes secuestrados y el castigo a los responsables.

No apostar al olvido

Los organizadores de lo que llamaron “ora-cción” (oración-acción) comentaron que más allá de hacer una convocatoria multitudinaria para la celebración ecuménica, se buscaba mantener el carácter simbólico de la misma, que ayude a hacer visible la demanda de justicia y el compromiso de los creyentes, fieles y pastores, de “caminar con el pueblo pobre, crucificado, excluido” que anhela la vida en abundancia que Jesús ha anunciado.

Luego de la celebración, los participantes se unieron a la marcha, que partió del Auditorio Nacional rumbo al Zócalo, en compañía de sindicatos, universitarios y familias. Durante el trayecto la gente que observaba la movilización manifestaba su asombro y beneplácito por la presencia de las Iglesias.

“El pueblo ha aprendido a perder el miedo”

Padre Alejandro Solalinde, fundador y  director del Albergue para migrantes  “Hermanos en el Camino”

Padre Alejandro Solalinde, fundador y
director del Albergue para migrantes
“Hermanos en el Camino”

El padre Alejandro Solalinde, fundador y director del Albergue para migrantes “Hermanos en el Camino” exhortó al pueblo de México a unirse al reclamo de los papás de los jóvenes desaparecidos para que se esclarezca la verdad; pidió que se sumen a las movilizaciones pero que lo hagan de manera pacífica, sin provocar alborotos.

También manifestó el activista social que este movimiento ha ido aprendiendo que el Gobierno “ha perdido la vergüenza” y, por tanto, “el pueblo ha aprendido a perder el miedo”. Sostuvo, además, que el Gobierno se ha quedado corto ante los acontecimientos y no ha hecho lo necesario para encontrar a los jóvenes normalistas.

En tanto, la religiosa scalabriniana Lety Gutiérrez, señaló que es importante que la Iglesia, los cristianos, se hagan presentes en demandas y movilizaciones como ésta, “porque hay un mandato del Señor en quien creemos, que siempre estuvo con los más olvidados, con los excluidos, con los más lastimados; no tenemos otra opción”.

La religiosa afirmó que la Iglesia tiene mucho por hacer en los procesos que vive el pueblo: ser compañera, caminante con él, testigo, seguir en lucha por la exigencia de justicia, de búsqueda de verdad, de reparación de los abusos, y vigilar para que sucesos como el de Iguala no vuelvan a repetirse.

“Acercarnos a las víctimas, prioridad: obispos de Guerrero”

En un comunicado firmado por los tres obispos de Guerrero, el Arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias Merlos, dijo a los padres de familia de los normalistas desaparecidos que es importante aceptar la muerte de los jóvenes, con el dolor que implica, porque aunque no sea con pruebas científicas la Procuraduría General de la República (PGR) tiene una certeza, en referencia al informe que presentó el Procurador Jesús Murillo Karam el pasado lunes 29 de enero, donde reiteró que los 43 estudiantes fueron secuestrados, asesinados, calcinados y sus huesos arrojados al Río San Juan de Cocula. 

En el comunicado se enfatiza que es necesario que se continúen las investigaciones, hasta satisfacer plenamente con sus resultados a los padres de los desaparecidos. Exigió que no se repitan jamás desapariciones forzadas y que se requieren señales contundentes del Estado mexicano de que se combatirá la corrupción en la administración pública. 

El obispos de Acapulco reconoció los esfuerzos en la investigación de la PGR y dieron un voto de confianza a los resultados, “es importante que si ya la Procuraduría tiene una certeza, aunque no sea con pruebas científicas, es importante aceptar la muerte de estos muchachos, con el dolor que implique”, subrayó al consultarlo sobre la inconformidad de los padres a aceptar la información dada a conocer. 

Asimismo afirmó que en este momento es importante estar cerca de los padres de familia, acompañarles en su dolor y que hay que entender que es importante que acepten parte de esta realidad.

“Las diócesis que conformamos la Provincia de Acapulco estamos buscando formas de acercarnos a las víctimas, a sus familias y a sus comunidades afectadas por las violencias para ofrecerles nuestro acompañamiento pastoral. Les ofrecemos nuestra cercanía y les acompañamos haciendo memoria y oración en la fe y la esperanza por los muertos en la celebración de la misa, de manera que el consuelo, que no es resignación sino aceptación de los hechos, lo experimenten y se vean fortalecidos y llenos de esperanza para exigir la justicia que les corresponde y para buscar los caminos adecuados que conduzcan al perdón, la reconciliación y la paz”, se resalta en el comunicado firmado por Carlos Garfias; arzobispo de Acapulco, Alejo Zavala Castro; obispo de Chilpancingo-Chilapa; Dagoberto Sosa Arriaga de Tlapa y Maximino Martínez Miranda, de Ciudad Altamirano.

Gilberto Hernández García

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