¿A quién beneficia el conflicto?

Mons. Epalza y las organizaciones sociales no abandonan su actitud profética

Mons. Epalza y las organizaciones sociales no abandonan su actitud profética

Sigue la crisis humanitaria en Buenaventura

Además de hablar acerca del recrudecimiento de la violencia, que obliga a que muchas personas abandonen sus hogares en áreas rurales y urbanas, el obispo de la región, Mons. Héctor Epalza se refirió hace poco a la indiferencia, a la corrupción administrativa y a la falta de solidaridad.

Según el prelado, hay incumplimiento de parte de las autoridades nacionales, departamentales y locales, quienes se comprometieron a buscarle una solución definitiva a la grave situación denunciada por la Iglesia el año pasado y conocida en todo el país. Durante el más reciente aniversario de la muerte de Mons. Gerardo Valencia Cano, el obispo Epalza señaló, igualmente, el saqueo histórico que ha vivido Buenaventura por parte de sus gobernantes. Esto se traduce en falta de recursos para atender necesidades básicas como la salud y la educación.

Continúa, a su vez, el cierre de locales comerciales por cuenta de la extorsión. La militarización no ha producido la pérdida del control que las bandas criminales ejercen en muchos lugares. Según Nora Castillo, líder comunitaria del espacio humanitario en la comuna 4, la situación de abandono en que vive la juventud permite que muchos menores de edad sean reclutados por agrupaciones de reorganización paramilitar. Lo ha dicho también Mons. Epalza: “los que se niegan a pertenecer a los grupos son amenazados”.

Violencia y territorio

La Coordinación Regional del Pacífico denuncia, por su parte, que en sectores como Bajamar el fenómeno del desalojo como consecuencia de la violencia está vinculado al interés de quienes se beneficiarían con proyectos de infraestructura como la creación de nuevos puertos, pesqueras y hoteles.

“De manera subrepticia las autoridades y medios de comunicación masivos han venido argumentando como única causa de las confrontaciones entre paramilitares el control de rutas de narcotráfico, pero el testimonio de los pobladores es otro muy distinto: Afirman que las extorsiones, las muertes, las desapariciones y las casas de pique tienen como objeto crear terror para depreciar las viviendas y los barrios y obligar a la gente a abandonar ‘voluntariamente’ su sitio de vivienda y trabajo”. Sostiene la organización, que el caso emblemático fue la construcción del Terminal de Contenedores TCBUEN: después del terror vino la compra a precios irrisorios de viviendas en los barrios Santafe e Inmaculada.

Texto: VNC Foto: @lozanopuche

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