CONCUERPOS: Danza contemporánea inclusiva

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Creando espacios para la diversidad del movimiento

DSC0901Con el propósito de “hacer del arte una realidad cercana”, en el año 2007, la coreógrafa y bailarina norteamericana Meghan Flanigan propició un taller de danza integrada en Bogotá. Su iniciativa contó con la presencia de dos excepcionales bailarinas del Reino Unido: Charlotte Darbyshire y Welly O´Brien –amputada de una pierna–. El impactó que generó tal experiencia en los bailarines colombianos les permitió no sólo ampliar sus posibilidades creativas y técnicas, sino también cuestionarse acerca de las limitaciones que los imaginarios de la danza profesional han construido y la manera en que tales imaginarios han determinado qué cuerpos son “ideales” para la danza y qué cuerpos están “capacitados” para bailar. El éxito de éste encuentro también redundó en la necesidad de crear un espacio para todos los cuerpos, para la danza diversa. Así, en 2009, se consolidó la compañía ConCuerpos, corporación sin ánimo de lucro y con sede en Bogotá, como el primer espacio de formación permanente en danza contemporánea para personas con y sin discapacidad y que propone escenarios inclusivos para la exploración del movimiento y la investigación académica, pedagógica y artística.

Sus fundadoras y actuales directoras, Laisvie Andrea Ochoa y Carolina Caballero Segura, ambas psicólogas, bailarinas e investigadoras, tienen como norte de su quehacer, según lo expresa Andrea, “romper las barreras de participación de las personas en situación de discapacidad dentro de la danza y a la vez nutrir la danza contemporánea de estos nuevos movimientos y de las nuevas perspectivas que trae trabajar con cuerpos diversos”.  Aunque su trabajo no ha sido fácil, en tanto que pocas personas en situación de discapacidad física o sensorial pueden dedicarse a la danza profesionalmente, debido a las escasas garantías económicas y de seguridad social que el campo artístico ofrece; gracias a las donaciones y al trabajo colaborativo con otros artistas nacionales y extranjeros, Andrea y Carolina han podido consolidar una compañía integrada por diez bailarines y que hoy cuenta con obras de amplia trayectoria y reconocimiento en el ámbito de la danza contemporánea.

“La danza es un escenario más donde nuestras construcciones sociales se ponen en tensión” Carolina Caballero

 

El plano de lo posible

20125En uno de los artículos que ha publicado Carolina sobre la danza diversa, afirma que “los espacios creados para las personas en situación de discapacidad se caracterizan por su énfasis en la rehabilitación y la especialización de pedagogías, que si bien son necesarias, sectorizan a las personas entre (…) las que están en situación de discapacidad y las “normales”, lo que poco lugar deja a la integración y al aprendizaje de una sociedad plural y diversa”. Por ello, a lo largo de 7 años, ConCuerpos ha procurado que en sus talleres permanentes, en sus talleres de formación a formadores y en sus obras, se transgreda la estandarización de los cuerpos, la jerarquización de las capacidades humanas y se deje de lado la “imposibilidad”, la “incapacidad”, que ello no sea el foco de atención, sino que todos los asistentes –sean bailarines o espectadores–  se encuentren en el plano creativo de lo posible, de lo subjetivo y de lo múltiple. 

Gracias a esta perspectiva en la que las condiciones diversas no limitan, sino que retan, amplían y enriquecen la creación artística, ConCuerpos ha construido cinco obras de nivel profesional: Azul (2009), bajo la dirección de Charlotte Darbyshire y con la participación de Jules Maxwell en la creación musical. TR-9B5 (2009-2014), dirigida por la bailarina y coreógrafa Sarah Storer, estrenada en la Cumbre de Cartagena por un Mundo Libre de Minas y puesta en escena recientemente en el teatro Jorge Eliécer Gaitán para el VII Festival Danza en la Ciudad. Proyecto Pendiente (2010-2014) adaptada en cuatro versiones; bajo la dirección, en 2010, de la coreógrafa Natalia Orozco y el artista Máximo Flórez López; en su tercera versión, dirigida por el bailarín e historiador Andrés Lagos en compañía de Andrea Ochoa y presentada en la conferencia de sobrevivientes de minas antipersona y derechos de discapacidad: Tendiendo Puentes entre Mundos, en 2014. Táctil (2013) exhibida en el VI Festival de Teatro de Sordos en Maracaibo (Venezuela). Singular (2014), dirigida por Laisvie Andrea Ochoa y Carolina Caballero, presentada en el XVIIl Festival Universitario de Danza Contemporánea y con nueva temporada en el mes de marzo de este año.

“Todos llegamos con nuestra propia discapacidad en el trato con los otros, prejuicios, temores, intolerancia” Carolina Caballero

 

Cuerpo, arte e inclusión

En el año 2012 y dentro del marco del Festival Universitario de Danza Contemporánea, la corporación Inclusive Movimiento, dirigida por Paulina Avellaneda (cofundadora y ex integrante de ConCuerpos), organizó el primer encuentro Cuerpo, Arte e Inclusión. El año pasado esta iniciativa fue apoyada por la mesa sectorial de danza y discapacidad, convocada por Idartes, y sirvió como escenario para la socialización de las experiencias de tres organizaciones que han desempeñado un papel significativo en el ámbito de la danza para bailarines con y sin discapacidad. Las reflexiones giraron alrededor de “las prácticas artísticas que a través de la pedagogía, creación-investigación y atención psicosocial, se formulan como escenarios de inclusión de las personas con discapacidad”. Aunque ya son bien conocidos todos los beneficios que para la salud mental y física aporta la danza y el arte, en general, éste encuentro permitió reconocer el impacto social del trabajo de las organizaciones, reflejado en cada uno de sus integrantes. Basta sentir la alegría de los niños que con o sin limitaciones visuales bailan ballet en el proyecto de la organización Cero Limitaciones o leer en las manos de Aldona Beltrán, bailarín no oyente de la obra Táctil, “me gusta bailar, porque no necesito hablar, puedo expresar con mi cuerpo” o escuchar de Luisa Martínez, bailarina en silla de ruedas, “el baile es vida y me ha servido para aprender a reconocer y querer mi cuerpo”; para comprender que la belleza en la danza surge lejos de estándares arbitrariamente impuestos y que, por el contrario, nace en el encuentro de los cuerpos singulares, con capacidades diversas que se complementan y que desafían a la creatividad humana a encontrar otros canales de percepción. 

El proyecto artístico de entidades como ConCuerpos plantea un reto enorme a la sociedad: deconstruir los imaginarios excluyentes, para aproximarse a lo que podría ser una sociedad justa, tolerante y diversa.

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Biviana García

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