Luis Héctor Villalba recibe la púrpura por su cercanía y servicio

Luis Héctor Villalba, cardenal arzobispo emérito de Tucumán (Argentina)

El arzobispo emérito de Tucumán (Argentina) será creado cardenal el 14 de febrero

Luis Héctor Villalba, cardenal arzobispo emérito de Tucumán (Argentina)

J.L. CELADA | El arzobispo emérito de Tucumán, Luis Héctor Villalba, será uno de los veinte cardenales que el papa Francisco creará en el próximo consistorio y uno de los cinco que se sumarán al Colegio cardenalicio sin derecho a voto en un futuro cónclave, al haber soprepasado ya los 80 años. Prelados eméritos que –según ha reconocido el Pontífice– “se han distinguido por su caridad pastoral en el servicio de la Santa Sede y la Iglesia”.

Villaba, cuyo lema episcopal es Apóstol de Jesucristo, ocupó la vicepresidencia primera de la Conferencia Episcopal Argentina durante dos períodos consecutivos, entre 2005 y 2011, justo cuando el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, era el presidente, lo cual explicaría su cercanía al hoy papa Francisco.

Tras conocerse la noticia el pasado mes de enero, el actual arzobispo de Tucumán, Alfredo Zecca, celebraba la distinción
cardenalicia
a la tarea pastoral de su predecesor como “un gesto de cariño y reconocimiento del Santo Padre”; pero “no solo a monseñor Villalba, sino también a la Iglesia en Tucumán”.

En una breve nota hecha pública para la ocasión, Zecca puso de manifiesto que Villalba “ha servido a la Iglesia con mucha generosidad en las diversas tareas pastorales que en su ya larga vida ministerial se le han confiado (…). Nos alegramos con él y lo encomendamos a Dios para que, desde su lugar como miembro del Colegio cardenalicio, pueda servir al Santo Padre con
su consejo y en las tareas que el sucesor de Pedro le confíe”.

Nacido en la capital argentina el 11 de octubre de 1934, Villalba fue ordenado sacerdote el 24 de septiembre de 1960. Se licenció en Teología e Historia de la Iglesia en la Pontificia Universidad Gregoriana y fue nombrado obispo auxiliar de Buenos Aires por Juan Pablo II el 20 de octubre de 1984. En 1991, fue trasladado como obispo diocesano a San Martín y, ocho años más tarde, promovido a la sede de Tucumán, donde inició su ministerio pastoral como quinto arzobispo (octavo diocesano) el 17 de septiembre de 1999. Al cumplir los 75 años, presentó su renuncia, que le fue aceptada el 10 de junio de 2011.

En la actualidad, el próximo purpurado argentino reside en la capilla La Santa Cruz, de la parroquia San Martín de Porres de Tucumán, donde diariamente celebra misa y dedica un tiempo considerable a atender confesiones y ofrecer acompañamiento espiritual.

En el nº 2.928 de Vida Nueva

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